Desde hace dos décadas la industria del software y servicios informáticos experimenta un crecimiento constante en nuestro país. Ha logrado soportar las distintas crisis económicas que se han suscitado y ha sido capaz de dar lugar a la creación de 107.000 empleos directos, ocupando a personal calificado y pagando muy buenos salarios. Pero a pesar de todo este desarrollo, la industria del software, en poblaciones no centrales de nuestro país, no ha crecido en la forma que tendría que haberlo hecho, limitando la creación de pymes en este rubro. Provincias con menos recursos, como San Juan, deberían estar interesadas en esta actividad, que podría ser considerada como una segunda industria sin chimeneas, por los requerimientos de espacio e infraestructura que necesita para desarrollarse.


Pero lo más auspicioso de este tema es que, de acuerdo a las previsiones, la actividad seguirá creciendo considerablemente a tal punto que en los próximos 12 años podría dar lugar a la creación de 500.000 puestos de trabajo.


Cabe recordar que un software es un conjunto de programas, instrucciones y reglas informáticas que permiten ejecutar distintas tareas en una computadora. Los programadores los crean para ser aplicados en distintas actividades como la industria, el agro y la ganadería. También hay software para actividades de uso corriente, en el hogar y las oficinas, y hasta para programas de entrenamiento físico de clubes deportivos.


Un relevamiento de la capacidad de producción de los principales países coloca a la Argentina en un decoroso undécimo puesto. Delante de nuestro país hay naciones de una vasta trayectoria en la creación de software entre las que se destacan Estados Unidos, Israel, Suecia, México, Canadá, Francia, España, Japón, Rusia y República Checa. A continuación está la Argentina, que de acuerdo a los registros de la CAME (Cámara Argentina de la Mediana Empresa), actualmente factura más de $64.000 millones y genera más de U$S 1.600 millones en exportaciones.


El desafío está en marcha, y provincias como la nuestra tendrán que sumarse con el desarrollo de su potencial informático. Para ello San Juan cuenta con escuelas técnicas y universidades capaces de incursionar en el desarrollo de software de primera calidad.