La evolución de la humanidad en lo que va del Siglo XXI ha sido notable, pero no ha alcanzado todavía para desalentar los focos de conflicto que, cada tanto, se originan en distintos puntos del planeta. Se ha establecido que actualmente hay más de 20 conflictos considerados graves en todo el mundo, sin contar algunos de menor proporción, regionales o locales. Muchos de ellos están alentados por la irracionalidad de facciones a las que poco les interesa la paz entre los hombres, o por líderes o conductores con mucha soberbia, que no quieren recurrir al diálogo para intentar un acercamiento de posiciones.


A lo largo de la historia, hubo hombres y mujeres que sin ostentar cargos de relevancia efectuaron un importante aporte a la paz mundial, tan sólo con exhibir una conducta coherente y privilegiar las buenas relaciones entre los hombres. Figuras como Gandhi, Martin Luther King, la Madre Teresa de Calcuta y Nelson Mandela demostraron que con el diálogo y la comprensión se pueden obtener buenos resultados en varios órdenes de la vida.


Uno de los conflictos armados más crueles es el que está viviendo Siria. Se originó como una guerra civil y con la intervención de las grandes potencias se ha convertido en un conflicto regional y, porque no decirlo, mundial. Actualmente se registran enfrentamientos entre las fuerzas del presidente Al Asad, el Estado Islámico, Al Qaeda y un sinnúmero de rebeldes, por un lado. Por otro, Arabia Saudita, Estados Unidos, Irán, Turquía y Rusia. Por eso cada vez es más complejo saber quién lucha contra quién. Después de más de 7 años de intensos enfrentamientos, lo más alentador que se ha conseguido es una tregua humanitaria pedida por la ONU.


Otro conflicto importante es el de Corea del Norte y Corea del Sur, en el que también está inmiscuido EEUU, en una actitud que poco contribuye a establecer la paz en esa región. En estos últimos días Corea del Norte ha expresado su predisposición por dialogar con Estados Unidos, lo que representa una posibilidad de que las tensiones se reduzcan.


Cada vez que se habla de la paz mundial, la figura del líder sudafricano Nelson Mandela aparece para demostrarnos que los actuales mandatarios se muestran esquivos a solucionar problemas mediante la vía del dialogo y el consenso. Este hombre que el próximo 18 de julio hubiese cumplido 100 años de vida, fue un claro ejemplo de cómo se debe actuar en situaciones difíciles. La persuasión sutil, la flexibilidad, la búsqueda permanente del consenso fueron algunos de sus recursos. Digno de imitar.