En el marco de una Argentina que se está viendo favorecida, desde el exterior, por el aumento de la demanda de carnes vacuna, porcina y aviar, en la provincia de San Juan toma cada vez más impulso la producción ganadera vacuna, con la interesante opción de que esta actividad se complementa con las plantaciones de forrajes destinados a la alimentación de los animales, cerrando un círculo que hace rentable a esta actividad.

Desde hace varios años, la provincia se viene destacando por los niveles de producción de cerdos, como también de gallinas y huevos. A esto se suma que a partir de 2015 se han ido sumando establecimientos dedicados a la crianza de ganado vacuno, que en pocos años alcanzaron un gran desarrollo, con algo que resulta muy favorable: la siembra de de maíz, cebada y de alfalfa, con rindes muy aceptables debido a la forma de sembrar y regar.

Si bien la producción local de carne vacuna apenas alcanza para cubrir la demanda de la provincia (se consumen 37 millones de kilos anualmente, de los cuales sólo un 5% proviene de la faena local), es relevante que la actividad haya crecido en los últimos 4 años, triplicando el nivel de la Nación. Mientras que en San Juan, desde el 2015 a la fecha las cabezas de ganado crecieron un 23,77%, en la Nación fue del 7,8 por ciento.

Desde la Dirección de Desarrollo Pecuario se ha confirmado que el aumento de cabezas de ganado se viene dando todos los años desde 2015, En 2018, por ejemplo, el aumento llegó al 7% y se prevé que este año será mayor.

El repunte de la actividad está basado en una política de incentivos del gobierno para el sector, que alentó a muchos privados a entrar en la actividad ganadera. Se trata del plan estratégico ganadero para elevar la producción de carnes durante 2020, que se basa en créditos blandos, un plan de mejora genética y el aprovechamiento de la planta de faena, de Rawson.

La mayor producción ganadera está en Valle Fértil, donde la cría se hace en forma tradicional. Pero la mayor calidad se obtiene en la "cría en corral" que se practica en 15 establecimientos distribuidos en el Gran San Juan. Es en este ámbito donde se está dando el otro negocio que promete: El cultivo de maíz, cebada y alfalfa, con rindes y hectáreas que se van duplicando todos los años. En el caso del maíz, por hectárea se obtienen entre 12.000 y 14.000 kilos, lo que es muy promisorio.

En este proceso el avance tecnológico está incidiendo con sembradoras y cosechadoras de última generación. El aprovechamiento de las energías renovables también debe ser tenido en cuenta, como la solar que ya está siendo utilizada con éxito en establecimientos tamberos en la zona mesopotámica.