Históricamente desde que el servicio de transporte de ómnibus de pasajeros comenzó a desarrollarse en el país, hace unos 40 años, la política tarifaria impuesta intentó que, a pesar de la gran diferencia de desarrollo y población entre el AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) y las ciudades del interior del país, hubiese una correlación de precios ante la desigualdad que se originaba. Pero esa asimetría se puso de manifiesto más fuerte a partir del 2006 con la creación de regímenes especiales de compensación con mayor impacto en los boletos de transporte de la Ciudad y el Gran Buenos Aires. Es decir que desde ese momento el interior comenzó a subsidiar las tarifas del AMBA, que siempre estuvieron muy por debajo de lo que se pagaba en otras localidades, debido que el Gobierno nacional comenzó a enviar menos aportes a las provincias.

Con el nuevo régimen tarifario dispuesto a partir del 2024 por la Secretaría de Transporte de la Nación, que ha llevado el pasaje de ómnibus, en casi todo el país, a experimentar un aumento de entre el 250% y el 300%, hubo un fuerte impacto que afectó a todas las secciones, pero principalmente a las tarifas que deben pagar los pobladores de las localidades más alejadas a los que más se les ha encarecido los pasajes. La prueba la tenemos en que mientras un usuario de la primera sección en la ciudad de San Juan debe pagar un boleto de 270 pesos, alguien que viaja de Caucete a San Juan o viceversa debe abonar un boleto de 1.280 pesos, un monto muy parecido al que pagan los pobladores de Zonda, Ullum, Albardón y Sarmiento. Por otra parte quienes necesitan viajar desde o hacia Jáchal, Iglesia o Valle Fértil el costo se duplica y, en algunos casos se triplica haciendo casi imposible para mucha gente de bajos ingresos realizar esos viajes.

Como ya hemos consignado el problema se ha generado a partir del incremento de los costos que implica el servicio de transporte por la propia inflación de precios, y por la quita del sistema de subsidios que el gobierno tenía implementado hasta hace poco. Los fondos que antes llegaban desde la Nación a las provincias ya no lo hacen porque el Gobierno nacional resolvió este ahorro dentro de la política de austeridad y de búsqueda de equilibrio fiscal haciendo que la gente tenga que pagar la totalidad del pasaje sin ningún tipo de descuento.

Un mecanismo un poco más gradual de este recorte de subsidio podría haber evitado el tremendo impacto que el aumento del precio del boleto está provocando en las familias de menor poder adquisitivo y de aquellas que residen en lugares alejados.

Uno de los objetivos que debería perseguir la actual administración del Gobierno nacional es la de recuperar el interior del país con políticas de promoción que ayuden al ciudadano medio a mejorar sus condiciones de vida, en medio de la crisis por la que atraviesa el país. Aumentándole el precio de las tarifas de los servicios que más necesita, no se logrará mejorar la calidad de vida, además que achicar cada vez más la economía del país.