Toda la sociedad lo reconoce. Es fundamental la labor que cumplen los médicos y demás profesionales y trabajadores de la salud en la lucha contra el Covid-19 arriesgando, incluso, sus vidas en el intento de aliviar a los pacientes de tan contagiosa enfermedad. También es justo reconocer que todo este esfuerzo merece una adecuada remuneración y la permanente provisión de elementos de seguridad para que los profesionales puedan desarrollar sus tareas de la mejor manera posible. Pero todas estas consideraciones no justifican la forma en que está actuando el Sindicato Médico de San Juan, que sin agotar las instancias del diálogo y aprovechando una situación dominante ha planteado una serie de reclamos advirtiendo que si no hay respuesta recurrirá la próxima semana a paros de actividades con los que no hará otra cosa que perjudicar al sistema de salud provincial.
Las medidas de fuerza anunciadas por el sindicato son inoportunas e inadecuadas, porque intentan presionar al Gobierno provincial en un momento muy delicado como es el de haberse reconocido la circulación viral del Covid-19 y requerir de la mayor cantidad de recursos sanitarios para hacer frente a la pandemia.
Para hoy está prevista la audiencia de conciliación en las que las partes -Sindicato y Gobierno- defenderán sus respectivas posiciones. Es de esperar que prime en esta instancia el sentido común para evitar los paros y llegar a un acuerdo en el que ambas partes cedan en sus pretensiones. Es necesario que haya muestras de flexibilidad y que se evite la confrontación para que el sistema de salud provincial no se vea afectado y se pueda seguir atendiendo a todas las personas que por estos días requieren imperiosamente que el servicio de salud funcione a pleno.
Bajo ningún concepto se puede admitir que se aproveche esta circunstancia para obtener un rédito sindical o una ventaja sectorial, cuando deben prevalecer los buenos ejemplos y la vocación de servicio.
El aumento salarial es un requerimiento que puede llegar a ser justo y necesario, pero no un condicionante para prestar un servicio esencial.
Cuando dijimos que la pandemia nos haría mejores personas, más solidarias y más humanas, confiamos en que esta situación extrema nos llevarían a sacar lo mejor de nosotros, pero en este caso vemos que la pandemia está siendo utilizada como justificativo por sectores que no quieren resignar nada y por el contrario quedar mejor posicionados.
