A medida que pasan los días y se suman más actividades por la flexibilización de la cuarentena, los sanjuaninos en un alto porcentaje están eludiendo las medidas básicas personales y comunitarias para evitar los contagios del coronavirus, en un peligroso relajamiento que lleva a transgredir protocolos de seguridad, desde el desplazamiento hasta la reunión de personas. Basta observar en la calle la cantidad de gente sin tapabocas para tener certeza de una irresponsabilidad manifiesta debido a excelente desempeño sanitario de la provincia en el mapa nacional de la pandemia.


Tanto el último relevamiento de este diario acerca de esa conducta temeraria como también la palabra de la jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, indican que el ciudadano ha bajado los brazos en los cuidados contra el Covid-19, lo que puede repercutir en el exitoso estatus sanitario logrado gracias a los controles para frenar los casos importados y de esta manera impedir la circulación interna del virus. Lo concreto es que en abril último el 80% de las personas relevadas utilizaba barbijo en la calle y la semana pasada sólo era un 56%, y uno de cada cuatro mal colocado, sin cubrir la nariz, desvirtuando el resguardo.


Más grave es la treintena de fiestas clandestinas y otras reuniones prohibidas por la cuarentena con más de 382 detenidos hasta el lunes pasado, según un informe policial, que fueron derivados al fuero de Flagrancia, pero son muchos más por los que se dieron a la fuga y los menores aprehendidos. Se suman a esta obstinada conducta los reiterados intentos de eludir los corredores de ingreso a San Juan, utilizando senderos alternativos con motos enduro y vehículos todoterreno, servicios que se ofrecen en las redes sociales, incluyendo el precio de 7.000 pesos por un traslado clandestino desde Mendoza.


Es necesario crear conciencia sobre un comportamiento social responsable y solidario a partir del simple uso del tapaboca, del que no caben dudas sobre su importancia para prevenir una segunda ola del Covid-19, o evitar retrocesos hasta volver al conflictivo confinamiento inicial, lo que sería un duro golpe a la reactivación de la economía. Sería lamentable tirar todo por la borda después que nuestra provincia es un ejemplo de prevención en la Argentina tal como lo revela la estadística de la propagación del brote.


Al presentar el Plan de Acción de Seguridad ante la probable circulación viral, el gobernador Sergio Uñac ha exhortado a mantener la actitud ejemplar de cada sanjuanino porque el relajamiento es el socio perfecto para la expansión del coronavirus. Una realidad que la tenemos cerca, en otras provincias, que debieron volver al encierro después de cumplir los métodos preventivos, con el agravante de que tras los casos importados el flagelo se convirtió en local por abandonarse el distanciamiento social y demás recomendaciones sanitarias.