La última edición de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) realizada a principio de año en Madrid, sirvió para que el Gobierno argentino reafirmara la decisión de seguir potenciando la oferta turística, especialmente destinada al turismo extranjero, en una clara aceptación a continuar con los lineamientos del gobierno anterior, lo que convierte a esta actividad en una auténtica política de Estado. El objetivo que se persigue es convertir al turismo en un motor del desarrollo económico, generador de divisas, que ayude al país a afrontar la dura crisis financiera por la que atraviesa.


En una primera etapa, durante el Gobierno de Mauricio Macri, se crearon condiciones especiales para promover el turismo internacional con algunas mejoras en relación a la oferta turística en general, que comenzó a dar sus primeros frutos con un aumento de la actividad. Durante 2019 llegaron al país más de 8 millones de turistas de distintas partes del mundo, con un predominio de brasileños; de otros países limítrofes; europeos y chinos. Se espera para este año mejorar esos registros, continuando con la misma política de promoción y mejorando aquellos aspectos perfectibles en esta actividad. Ahora, en una segunda etapa se tendría que consolidar el crecimiento y ofrecer mejores condiciones en relación al número de lugares de destino y a la infraestructura que debe estar a la altura de la demanda del turismo internacional. No se trata solo de elevar el número de turistas que ingresan al país, sino ofrecerle las mejores condiciones para que el proceso no se interrumpa y la Argentina sea una plaza permanente para ser visitada.


Según el ministerio de Turismo y Deporte de la Nación, esta actividad constituye el cuarto ítem en ingreso de divisas en Argentina y los principales operadores turísticos consideran que existe potencialidad para incrementar esos ingresos de manera significativa.


Hay varios factores que están a favor del crecimiento de la actividad turística como la devaluación que sufrido la Argentina en los últimos años, que hace que resulte muy conveniente viajar al país. Pero también hubo otros alicientes como el aumento de las frecuencias y destinos de vuelos y una mejora en los servicios turísticos en puntos que no son los que tradicionalmente se ofrecen.


Aprovechar esta continuidad como política de gobierno representa una gran posibilidad para que el turismo alcance un gran desarrollo. Sería importante que dentro de este proceso se incluya a todas las regiones del país.