San Juan, como provincia del centro oeste del país, tiene características propias que la hacen muy atractiva para un turismo que llega en busca de paisajes naturales, tradiciones, costumbres y todo lo que encierra un estilo de vida netamente provinciano. Contamos con recursos naturales y diversos aspectos que nos distinguen, pero no hay que quedarse solo con eso. En forma permanente hay que estar ideando la manera de que esos lugares naturales sean complementados con servicios y comodidades, destinada a gente que está acostumbrada a moverse en ámbitos en los que esos detalles son habituales.

 

A los paisajes naturales hay que dotarlos de mayores servicios y zonas recreativas.

Dentro de esas mejoras figura la necesidad de ofrecer servicios esenciales, pero también un entorno apropiado a las necesidades que se plantean en San Juan, especialmente en verano cuando el calor es agobiante y se necesita de una mayor superficie de espacios verdes, al igual que arboledas que proporcionen sombra reconfortante. En coordinación con Medio Ambiente, los responsables del área turismo deberían promover trabajos de forestación y parquización tanto en centros poblados como en los caminos que conducen a destinos turísticos. Contar con pequeños bosques o plazas parquizadas resulta de gran utilidad a la hora de hacer un alto en el camino o acampar transitoriamente para almorzar o merendar.

Pensar en turismo o en la comodidad de la gente, no es sólo contar con más hoteles o restaurantes, se deben prever mejores circuitos por los lugares más atractivos y proporcionarle a la gente lugares por donde hacer caminatas, tomar un café, merendar o, simplemente, sentarse a ver la gente pasar.

Hay que generar una identidad propia de la provincia, caracterizada por sus tradiciones y costumbres. La recuperación de antiguos negocios, entre comedores, cafés y confiterías puede contribuir a generar ese ambiente que el turista viene a buscar. Utilizar una paleta de colores acorde a nuestra idiosincrasia en cada uno de esos sitios, también puede contribuir con un mensaje al turista que sabrá identificar claramente que está en un ámbito en el que se lo espera.

En barrios tradicionales también se pueden mostrar cosas, todo es cuestión de crear circuitos y rescatar aquellas construcciones más llamativas, como también aquellas obras arquitectónicas que pueden resultar curiosas para quienes nos visiten.

Estos recursos han sido experimentados en otras grandes ciudades del mundo, obteniendo muy buenos resultados. El aprovechamiento del espacio público es algo que preocupa a diseñadores y urbanistas de todas partes, y tanto en la ciudad de San Juan como en las villas cabeceras de cada uno de los departamentos debería dársele prioridad por dos aspectos fundamentales: organizar urbanísticamente centros poblados que se observan cada vez más caóticos y proporcionarle a la gente que reside en esos lugares, y a los turistas que llegan a conocerlos, alternativas de recreación en un ámbito ordenado en la que puedan encontrar todos los servicios necesarios.