En el inicio del XI Encuentro Internacional Agroliva, que se está realizando en nuestra provincia, quedó de manifiesto el buen momento por el que está pasando el sector olivícola al conocerse datos relacionados con el aumento de las exportaciones. Entre las cifras reveladas están las de las exportaciones de aceite de oliva y de aceitunas que alcanzaron en el primer semestre de este año un aumento del 65% y del 460% respectivamente. En aceites de U$S 29.483.438 se pasó a exportar U$S 48.667.767 y en aceitunas de U$S 549.366 a U$S 3.077.341.
El trabajo que se está realizado en el sector olivícola en busca de alcanzar la mayor calidad de sus productos, a través de los bancos de germoplasma y otros ámbitos de investigación, ha comenzado a dar resultados. Los aceites de oliva y las aceitunas sanjuaninas son reconocidas por su calidad en España y Estados Unidos, dos de los países que acaparan el mayor volumen de exportación, a los que se suma Brasil como el país latinoamericano que más productos olivícolas importa de la Argentina y particularmente de San Juan.
Uno de los indicadores del éxito que ha tenido este año la producción olivícola está dado en que ya casi no queda stock disponible ya que a esta altura se ha logrado vender casi todo lo elaborado, dentro de un comportamiento que de acuerdo a lo esperado seguirá vigente en los próximos años. Por ello una de las tareas a la que se deberán abocar los productores para las próximas temporadas es la de incrementar los niveles de producción de aceitunas ya que se ha comprobado que la última cosecha fue un 15% inferior a lo que se esperaba.
Entre los alicientes más importantes para impulsar esta actividad está en el precio ya que de los U$S 2.630 que costaba una tonelada de aceitunas el año pasado este año pasó a costar U$S 4.090 lo que representó una suba de 55,51 %.
Sin duda la actividad olivícola está dando un ejemplo de cómo se debe trabajar para alcanzar el objetivo de mejorar las exportaciones, lo que debería ser imitado por otras actividades productivas agrícolas, como la destinada a la producción de tomates, cebolla y otras hortalizas.
La necesidad de mejorar los niveles de comercialización en base a la calidad de los productos que se ofrecen es un requisito fundamental para consolidar los mercados que se han logrado y para ganar nuevos mercados en el actual contexto mundial. Esto debe estar acompañado por una política estatal que aliente las exportaciones y facilite los trámites vinculados a esta actividad para hacer más fluida la salida de los productos agrícolas locales al exterior.
