En los últimos años el uso de medios de pagos digitales realizados mediante cuentas bancarias o billeteras virtuales ha crecido en tal proporción, que el tema de la seguridad ha adquirido una gran importancia en la medida de evitar que los usuarios de estos servicios resulten estafados mediante alguna de las modalidades que se utilizan para este objetivo.
De acuerdo a datos proporcionados por las propias entidades bancarias y administradores de billeteras virtuales, se calcula que el 20% de las personas que utilizan estos medios de pago ha sufrido durante 2022 al menos una estafa, lo que equivaldría a decir que uno de cada cinco usuarios ha sufrido este inconveniente que puede prevenirse con algunas medidas preventivas.
Un estudio realizado por expertos en informática y especialistas en hackeos de cuentas reveló que el problema más habitual que se detecta en estos momentos es el robo de los datos de las tarjetas y también del plástico, además del cada vez más frecuente hackeo de cuentas bancarias o virtuales. Mantener la seguridad del dinero en dichas cuentas es en estos momentos todo un desafío que las entidades crediticias deberán asumir con más determinación si el objetivo es sostener el sistema y seguir conservando o aumentando el número de clientes, ya que hay algunas personas que han llegado a denunciar la pérdida de sumas de dinero en episodios que no siempre quedan esclarecidos debidamente.
Al analizar el funcionamiento de los medios de pago y los hábitos de compra en nuestro país, se obtuvieron algunos indicativos como por ejemplo que el 18% de los comerciantes han sufrido estafas de algún tipo, lo que demuestra que no sólo los usuarios de las tarjetas y billeteras virtuales son objeto de este mal, que también puede concretarse en contra de los que reciben los pagos por vías electrónicas, que también son vulnerables a estas maniobras.
El gran problema cuando se concreta una de estas estafas es el alto porcentaje de personas a las que no se les resuelve el problema devolviéndole el dinero que perdió. En este sentido los bancos no son muy proclives a restituir los fondos ni los sistemas de resguardo que deberían proteger a los clientes, quedando algunos reclamos postergados en el tiempo. Por ello sólo un 43% de los estafados logró el año pasado que les devolvieran el dinero, mientras que un 35% resolvió el problema pero no le devolvieron todo el dinero. Asimismo hubo un 22% que no pudo encontrar solución de ninguna forma.
Las entidades crediticias han hecho en estos últimos tiempos numerosas advertencias para evitar las estafas, aunque esto no sea más que algunas simples recomendaciones que no atacan el problema de fondo.
Combatir la ciberdelincuencia es una tarea que debe ser tomada muy en serio por todos los que integran el sistema financiero ya que están en juego muchos fondos y ahorros del ciudadano medio del país.
