Más allá de que las velocidades máximas de circulación en calles y rutas están debidamente establecidas por el artículo 52 de la ley nacional de tránsito 24.449, son pocos los conductores que las respetan y numerosos los casos en los que el exceso de velocidad es causante de graves accidentes de tránsito. Está establecido que sólo 3 de cada 10 conductores saben cuál es la velocidad máxima en rutas y calles, lo que demuestra el desconocimiento de una disposición que es básica. Conforme a la legislación en vigencia, la velocidad máxima en calles urbanas es de 40 km/h, mientras que para las avenidas es de 60 km/h y para las rutas y autopistas de 130 km/h. La excepción en nuestra provincia es la Avenida de Circunvalación, que por su estado su velocidad máxima de circulación ha sido fijada en 80 km/h.
Los recursos para hacer cumplir esos límites son variados, desde la señalización vertical hasta la horizontal; la utilización de radares y controles de desplazamiento, reductores de velocidad (que no están debidamente aprobados, por lo que siguen resultando polémicos), semáforos intermitentes y la cartelería por tramos que habilita a circular a determinadas velocidades. No obstante cada vez son más los conductores que no tienen en cuenta esos indicadores o que no los respetan circulando temerariamente a velocidades excesivas en perjuicio no sólo de ellos mismos, sino también de aquellos que optan por respetar las velocidades y transitan tranquilamente demostrando una actitud coherente y de responsabilidad conductiva.
En nuestra provincia, como en el resto del país, la mayor cantidad de muertos en accidentes de tránsito provocados por excesos de velocidad se registra en las rutas, pero la mayor cantidad de colisiones entre automotores tiene lugar en las zonas urbanas, donde si bien no hay muertes hay grandes daños materiales. Durante 2022, hubo en total 3.800 accidentes de los cuales el 60% fue a consecuencia de las altas velocidades a las que circulaban los vehículos.
Si bien en otros países más avanzados en materia de educación vial este problema es menos frecuente, hay sitios en los que subsiste y en los se están tomando medidas en busca de solucionarlo. Tal es el caso de Nueva York, en EEUU, donde las autoridades impulsan un proyecto de ley para instalar equipos que limiten la velocidad en vehículos de conductores imprudentes. Los altos índices de accidentes y muertes que se han producido en los últimos tiempos han motivado el referido proyecto de ley que busca colocar los equipos limitantes en vehículos de aquellos conductores que reciban más de seis multas por exceso de velocidad en un año.
Todo el empeño que se ponga en controlar el cumplimiento de los límites de las velocidades son necesarios para reducir el gran número de accidentes que se producen a diario, un flagelo que hay que terminar con una más efectiva educación vial y conductiva, y más duras sanciones a quienes transgredan lo que está claramente estipulado en la Ley de Tránsito.
