Tras el éxito del programa Mis Primeros Mil Días, lanzado en 2017 para asistir nutricional y sanitariamente a madres y niños, desde el momento de la concepción hasta los primeros dos años de vida, en noviembre del año pasado se lanzó una segunda parte denominada Mis Segundos Mil Días, que cumple similar objetivo pero con chicos que van de los 2 a los 4 años. Esta nueva etapa del programa acaba de cumplir su primer año con un éxito similar al de su antecesor, ya que se logra garantizar a los niños de esas edades de los sectores más vulnerables de la sociedad la asistencia sanitaria y alimentaria con el propósito de fortalecer la primera infancia, período fundamental para el desarrollo cognitivo, del lenguaje y de las destrezas sociales y emocionales. 

Esta instancia del programa está a cargo del Ministerio de Salud, a través de la Dirección de Materno Infancia, que es la que ha hecho posible la accesibilidad de los sectores carecientes a un sistema sanitario universal, gratuito y de calidad, que otorga la posibilidad de que todos los niños puedan desarrollarse en plenitud en la etapa más importante de sus vidas. 

La ayuda es implementada a través de la entrega de maletines educativos nutricionales y de material con información diversa en todos los aspectos vinculados al crecimiento y desarrollo del niño. En síntesis, lo que se hace es brindar recursos, información y herramientas para fortalecer la crianza, además del control y asistencia médica que se ofrece en los denominados nodos de desarrollo infantil. Estos nodos están conformados por un equipo interdisciplinario, encargados de intervenir en forma integral al niño que presente alguna alteración en el desarrollo, de manera de poder abordar a tiempo un tratamiento oportuno. Actualmente hay cinco nodos en funcionamiento en Caucete, Albardón, Rawson, Capital y Sarmiento, quedando pendiente algunas zonas más alejadas con el objeto de facilitar a los padres el acceso a estos centros. 

En la medida que el programa continúe consolidándose se logrará que en la provincia no haya niños en condiciones de abandono ni desnutridos, garantizando su crecimiento y desarrollo psico-físico, lo que les permitirá convertirse en ciudadanos sanos en beneficio de la sociedad. 

El programa original de Mis Primeros Mil Días estuvo tan bien concebido, que las autoridades nacionales decidieron implementarlo en todo el país como una forma de asistir a la infancia de una manera efectiva y contundente. Ahora Mis Segundos Mil Días no hace otra cosa que reafirmar esta política de Estado y asistir a los niños de sectores vulnerables hasta las puertas de su inserción en la etapa escolar donde, en cierta forma, tienen garantizado un seguimiento por parte de docentes y demás profesionales como los que pertenecen a los gabinetes de psicopedagogos que pueden advertir cualquier anomalía en cada chico.