En la última década, cada año, los organismos responsables del arbolado público, tanto a nivel provincial como municipal, han hecho ostentación de ambiciosos planes de forestación o de conservación de los ejemplares existentes que en la práctica o simple vista no se han mostrado muy efectivos. Actualmente es posible advertir que la arboleda pública de Capital y departamentos aledaños no ha mejorado en cuanto a su desarrollo, y que la superficie forestada no ha crecido en la medida de lo esperado, al no haberse plantados nuevos ejemplares en espacios que en estos momentos son auténticos páramos. En los departamentos alejados la situación no es muy diferente, y a las insistentes erradicaciones de árboles que se suceden cada tanto, se suman también la falta de programas para la forestación de terrenos ociosos.


En cumplimiento de normas legales provinciales como las leyes 5.339 de arbolado público; 7.556 de interés público, protección y conservación del arbolado público y la 7.838 del Programa de forestación de la provincia de San Juan, el Estado debe comprometerse con la preservación y el crecimiento del arbolado público en una forma efectiva que le permita exhibir sus logros. En los últimos años, a criterio de muchos sectores de la sociedad, esta exigencia no se ha estado cumpliendo en la medida de las expectativas. Las cifras iniciales de ejemplares arbóreos que en algún momento se anunciaron que iban a ser plantadas en diferentes espacios públicos de la provincia no corresponden a lo que se observa, y así persisten numerosos lugares, especialmente, en los sectores de ingreso a la provincia o al departamento Capital totalmente deforestados y con una mala imagen en lo estético.


Si bien en San Juan el organismo rector del arbolado público es la Secretaría de Ambiente y Recursos Sustentables del Gobierno de la provincia, la tarea de velar por el arbolado está descentralizada en los municipios que tienen similares atribuciones en sus ámbitos, lo que hace a todos responsables de esta situación.


Otra falencia que se advierte en la falta de acción a favor del arbolado público es la poca orientación al vecino o a los frentistas sobre distintos aspectos vinculados al cuidado y conservación de los forestales. Es escasa la información que se les ofrece respecto a qué especies son más conveniente plantar en los barrios y cómo se las debe mantener para que alcance un óptimo desarrollo. Por la época del año, estamos en el momento propicio para promover campañas de forestación en toda la provincia que contemple cubrir con árboles, a manera de pequeños oasis, todos aquellos espacios públicos que no son más que terrenos baldíos.