El desempeño de una función pública no es una beca política sino una tarea que debe cumplirse con idoneidad profesional porque en cualquier área del Estado se trata de anteponer esas cualidades a la disciplina partidaria, que pasa a segundo término, y sin olvidar la ética que debe primar en cualquier conducta humana. 


El cese del senador por San Juan del Frente para la Victoria, Ruperto Godoy, como miembro del Consejo de la Magistratura ordenado por el juez en lo Contencioso Administrativo Federal, Enrique Lavié Pico, es contundente y está fuera de discusión, aunque el kirchnerismo pretenda darle un perfil político y apelar el pronunciamiento con chicanas carentes hasta de sentido común. 


La opinión del magistrado es lapidaria para Godoy cuando afirma que si el objetivo fundamental de la creación del Consejo de la Magistratura ha sido la instaurar un procedimiento predominantemente técnico de selección de magistrados, no resulta adecuado a tal fin que para ser consejero no se exija al menos el título de abogado, puesto que resulta claro que no podría efectuar un examen satisfactorio de la idoneidad científica y profesional de los candidatos a magistrados quien no posee formación jurídica alguna, dice la resolución. 


En un comunicado de la bancada opositora, firmado por el jefe Miguel Pichetto, se buscó descalificar el fallo supuestamente por inoportuno, "precisamente en las circunstancias actuales en las que el Consejo de la Magistratura debe resolver cuestiones importantes en el ámbito de la Justicia", alega. Es decir el bloque busca darle una lectura política antes de aceptar la inconstitucionalidad de un artículo de la ley 26.855 que quitó la exigencia de ser abogado para integrar el Consejo. 


El requisito de ser letrado para intervenir en estas cuestiones del derecho, lo eliminó la reforma judicial que intentó el kirchnerismo denominada "democratización de la Justicia", curiosa visión de Pichetto observada frente a la Corte Suprema de Justicia, cuando dijo que a los ministros les falta calle. No parece importarle la formación jurídica técnica que los llevó a ocupar la máxima instancia judicial. 


Ruperto Godoy también pudo aceptar un cargo en energía atómica o en la salud, aunque mejor le cabría en Justicia Legítima.