Desde hace algunos meses la Obra Social Provincia (OSP) afronta inconvenientes vinculados con su funcionamiento, que generan inquietud entre una masa de afiliados que suma más de 150.000 personas, entre agentes y funcionarios de la administración pública y adherentes a través de algunas instituciones que han hecho convenio, como la Federación de Viñateros y el Centro Comercial de Santa Lucía, entre otros. El temor de que la situación derive en un conflicto que repercuta en los servicios esenciales que presta la obra social, hace que los afiliados afronten momentos de incertidumbre después de haber estado acostumbrados a contar con un organismo estable que durante años ha garantizado, sin mayores inconvenientes, la asistencia sanitaria requerida.

El origen de los problemas por los que atraviesa la OSP está en las irregularidades descubiertas por pagos de prestaciones que no se realizaron y ahora en la negociación con los distintos colegios profesionales con los que le está costando llegar a acuerdos en los pagos para mantener los servicios. Esta situación ha dado lugar a dos acciones concretas; por un lado, pedidos de informes que se han realizado en ámbitos de la Cámara de Diputados de la provincia, tanto por parte de los legisladores oficialistas como de la oposición. Ambos argumentaron que necesitan conocer fehacientemente cual es la situación de la obra social y en qué consisten los problemas detectados, argumentando algunos de ellos que están ante una de las peores administraciones de la historia de este organismo. Estos informes deberían ofrecerse a la brevedad y, de acuerdo a lo previsto, serán esclarecedores de la real situación administrativa, económica y financiera en que está la OSP.

La otra medida está relacionada con denuncias judiciales realizadas en función a la situación actual, en la que también se vinculan los inconvenientes que se afrontan en negociaciones con los diferentes sectores de prestadores, representados por los colegios profesionales y proveedores como las farmacias.

La situación es preocupante por todo lo que la OSP representa dentro del sistema sanitario de la provincia. El temor a una suspensión generalizada de prestaciones -ya que cada tanto suelen haber algunas interrupciones por sectores, que luego de negociaciones se logra reestablecer- inquieta a todos en un momento muy delicado por la gran inestabilidad económica financiera que hace impensable la posibilidad de afrontar algún tratamiento complejo sin la apoyatura de una obra social.

Garantizar que el sistema se reestablezca y que vuelva a funcionar como lo ha hecho históricamente es una tarea que los responsables del área deben asumir con mucho compromiso. Un organismo como la OSP que cuenta con fondos que surgen del descuento obligatorio que se les hace todos los meses a todos los agentes de la administración pública, no debería tener ningún tipo de inconveniente para funcionar.