La crisis humanitaria que se registra en la región del Cuerno de África, Nigeria y Yemen, por la creciente falta de alimentos, llega a más de veinte millones de personas incluyendo a refugiados de zonas vecinas desarraigados por guerras civiles y el integrismo islámico.

Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, lanzó una dramática advertencia sobre el riesgo de muertes masivas por el aumento de la hambruna crónica, como resultado de las sequías y del severo déficit de financiamiento humanitario internacional. La situación hace pensar que el colapso es inevitable e incluso peor que el de 2011, según el llamado difundido en Ginebra.

De los 20 millones de afectados que residen en las áreas arrasadas por la sequía debido a las alteraciones de los ciclos climáticos, se suman 4,2 millones de refugiados. El cuadro social es realmente dramático porque las cosechas se pierden una tras otra y este problema se suma a la sequía en Sudán del Sur con el aumento de la hambruna.

La inseguridad en Somalia incrementa el desplazamiento interno de personas y el nivel de malnutrición se eleva especialmente entre niños lactantes y sus madres, señala Acnur. Cita a Etiopía donde la malnutrición aguda entre los chicos de entre 6 meses y 5 años de refugiados llega al 79% y a Yemen que vive la crisis humanitaria más grande del mundo con 19 millones de personas con necesidades de asistencia urgente, 17 millones de ellas por inseguridad alimentaria.

La ONU ha recordado a la comunidad internacional que la sequía del Cuerno de África en 2011 costó 260.000 vidas y más de la mitad de ellas eran de niños menores de 5 años, por lo que exhorta a evitar a toda costa que esto se repita. Para paliar este panorama caótico se necesitan urgentemente 4.400 millones de dólares, única forma de proveer asistencia vital y evitar una catástrofe sin precedentes.

Si bien la dependencia humanitaria de las Naciones Unidas recibe anualmente recursos para asistir a las poblaciones más desprotegidas, el cambio climático y la situación política en África han alterado las previsiones, de manera que la financiación sólo alcanza a un 3% del 11% que se necesita.