El reciente establecimiento de relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU) que dio lugar, la semana pasada, a un anuncio histórico, ha sido comparado con los acuerdos de paz que entre 1979 y 1994 alcanzó el Estado de Israel con Egipto y Jordania, durante los gobiernos de Menajem Beguin y Itzhak Rabin con Anwar Sadat y el rey Husein. Este acuerdo ha sido suscrito con la intermediación de los Estados Unidos de Norteamérica, gracias a una gestión que llevó adelante el propio presidente Donald Trump, y apunta a asegurar el futuro y la prosperidad de las naciones involucradas, en un momento histórico que tiene como marco la pandemia del Covid-19 y los conflictos bélicos que no cesan en la Región del Golfo Pérsico. Es por esto que se considera que en lo que resta del año, al menos uno o dos países árabes más se acercarán con el objeto de alcanzar acuerdos similares, posibilitando a Israel a avanzar en el camino de normalizar su situación en la región, donde durante décadas se ha rechazado su existencia. Son varios los países árabes que podrían seguir el rumbo de EAU, aunque hay algunos que tienen mayores posibilidades por el grado de vinculación alcanzado, como Marruecos, Bahréin, Omán, Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. El acuerdo al que ha llegado Israel con Emiratos Árabes Unidos conducirá a una normalización total de las relaciones diplomáticas entre ambos países de Oriente Medio, dejando en suspenso el tema de la soberanía sobre áreas de Cisjordania, que Israel estaba discutiendo con el objeto de alcanzar la anexión de ese territorio.


No hay que desconocer que este triunfo diplomático a nivel mundial representa un éxito para la política exterior del presidente estadounidense, quien buscará su reelección el próximo 3 de noviembre, pudiendo esto incidir positivamente en su imagen.


Delegaciones de Israel y los Emiratos Árabes Unidos se reunirán en las próximas semanas para comenzar a hacer efectivo el convenio mediante la firma de acuerdos bilaterales sobre inversión, turismo, vuelos directos, seguridad, telecomunicaciones, entre otros temas. 


En un comunicado conjunto suscrito por ambos países que lleva las firmas del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y el jeque Mohammed Bin Zayed, príncipe heredero de Abu Dhabi, se expresa que este avance diplomático histórico sirve para promover la paz en la región del Medio Oriente y es un testimonio de la diplomacia audaz para trazar un nuevo camino que desbloqueará el gran potencial que tiene la región.