Las últimas tormentas de intensa lluvia y severa perturbación eléctrica que azotaron prácticamente a toda la provincia, fueron pronosticadas con un alerta meteorológica difundida puntualmente a medida que se avecinaban para que la población adoptara los recaudos necesarios, incluso acopiando elementos para sortear la emergencia, cuyos resultado es todavía incalculable si se tienen en cuenta el colapso de la infraestructura de riego y las pérdidas en la producción.
Mayoritariamente se siguió de cerca la advertencia tomando las acciones aconsejadas, pero siempre hay excepciones reprochables, como la aventura de jóvenes que escalaron cerros en medio de la tempestad y, sin poder descender, obligaron a montar operativos de rescate durante la noche y la madrugada del lunes pasado y luego el miércoles, también en horario nocturno.
Se debieron montar dos megasalvatajes a cargo de los efectivos especializados en búsqueda y rescate del Grupo Especial de Rescate y Acciones de Seguridad (GERAS), la fuerza de elite de la Policía de San Juan que trabajó en el acenso y descenso del Cerro Tres Marías con equipos especiales hasta las 5 de la mañana en el difícil acceso a una montaña caracterizada por la inconsistencia del terreno, más si llueve, debido a los desprendimientos. Por ello varios rescatistas sufrieron el golpe de las rocas que caían.
Se comprobó también que los escaladores que pedían socorro no tenían elementos de seguridad ni conocimientos para afrontar las contingencias en una montaña que parece fácil de subir, pero traiciona a los inexpertos con imprevistos que en muchos casos han terminado con graves heridos y consecuencias fatales. En este último hecho los involucrados sólo han sido infringido el artículo 162º de la ley 941-R, una simple contravención por no contar con los permisos para escalar la montaña.
El citado artículo hace referencia a las normas sobre salud pública, sanidad e higiene, que pueden ser aplicables a los aventureros temerarios, pero está lejos de una reglamentación inherente al turismo de aventura, las aptitudes de quien lo practica y el gasto que le demandaría al Estado una movilización ante una emergencia por acciones irresponsables, tal como ocurrió esta semana.
¿Cuánto costaron los operativos del GERAS en Ullum tras el llamado del 911 y de la Comisaría 30º de ese departamento? Debe ser una cifra importante, pero más allá de lo material estuvo de por medio la vida de rescatistas altamente entrenados y se desviaron recursos necesarios para atender a los damnificados por la tormenta. Esto obliga a replantear la ley y endurecer los castigos.
