Existen noticias que no admiten indiferencias, en función de su alcance y significación social. En medios y redes sociales se reflejó una reacción inusualmente extendida entre los argentinos, individual y colectivamente, ante la agresión al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. El Dr. Sergio Berni fue rudamente agredido en un piquete realizado por compañeros de un colectivero asesinado por delincuentes. El ataque a Berni tuvo perfiles de linchamiento que, en virtud de quienes se interpusieron, no terminó en otra tragedia. Entre atónitos y asombrados, los ciudadanos se focalizaron en un hecho con visos de ser indicio ostensible de actitudes profundas, las que suelen emerger en la espontaneidad. Porque quedó evidenciado que no se trató de algo programado, sino de un brote intempestivo. Hay un punto en que las formas de urbanidad son abolidas, aunque fuese momentáneamente, y es cuando personas o sociedades se sienten asediadas o cercadas por circunstancias que los arrinconan en una situación de absoluta impotencia. Sería como una manifestación del instinto de supervivencia, no obstante la humanidad logró constituirse obturando tal propensión. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, sostenía que "la civilización comenzó cuando una persona enfadada lanzó una palabra en lugar de una piedra". Cuando se afirma que el ser humano es un animal social, no se alude a un mero instinto de proximidad, sino especialmente al de cooperación, porque de ella emerge el progreso. Bertrand Russell, premio Nobel, dejó en claro que "el hombre depende de la cooperación". Es por ello que no representan un fútil adorno el respeto, la cordialidad y la buena predisposición. Son requisitos decisivos que hacen posible la reciprocidad que nos permite existir como especie.

Para análisis de carácter social se suele recurrir a dos arbitrios conceptuales: o cada hecho es independiente en sí mismo con su propia dinámica o, por el contrario, de algún modo todos los sucesos de la realidad están vinculados, interrelacionados. Es el raciocinio el que posibilita conectar e integrar acontecimientos y personas; recurso a veces alojador de errores, pero único que puede elucidar categóricamente. En el incorpóreo corredor donde la interacción social va forjando la denominada "opinión pública", no pueden haber resultado indiferentes circunstancias en las que el Estado mostró síntomas de claudicación, en roles que le son propios, como ante los autodenominados mapuches, ante la violencia narco, ante violaciones de la propiedad privada, o ante una inflación que expele a una estrechez angustiante. Hechos, señales, gestos, palabras, actitudes manifiestas, la orientación general de sucesos, después de un tiempo de depuración de algún modo terminan integrándose, dando lugar a los "climas" sociales. La política de efectiva influencia, la de alto vuelo, no es la que se autoconfina en duelos narrativos, sino la que logra interpretar, prever y, de ser necesario, vehiculizar tales integraciones.