La mayoría de los analistas sabían que el Partido Socialista (PSOE) iba a ganar las recientes elecciones en Andalucía, pero poco suponían que esa fuerza política, que ha estado en el poder los últimos 36 años, iba a tener una importante pérdida de votos que llevaría a los partidos conservadores, Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), con el apoyo de la extrema derecha, a cerrar un pacto que les permitirá gobernar esa región española.


Si bien el hecho de que los conservadores doblegaran a los socialistas es toda una novedad, también lo es que el partido ultraderechista Vox consiguiera tantos diputados, lo que hizo posible que efectuara su aporte al acuerdo para gobernar.


Se trata del giro político más importante de España en las últimas tres décadas, en la región más poblada del país. Una tendencia que ha comenzado a manifestarse en otras partes del mundo, en varios países europeos y con el triunfo de Bolsonaro en Brasil.


El ascenso de la extrema derecha en las elecciones regionales andaluzas es visto por algunos como muy grave ya que representa el descontento general que actualmente hay en Europa por la profundización de la brecha entre ricos y pobres que produjo la globalización y la falta de autocrítica de la izquierda.


En las primeras encuestas realizadas, previo a la compulsa electoral, se pronosticó que el partido Vox obtendría el 2% de los votos, pero terminó obteniendo el 12%, un porcentaje más que llamativo para esta fuerza política que siempre tuvo una baja consideración en el electorado.


Este crecimiento se lo atribuye al descontento general con los partidos tradicionales, la social democracia y la derecha liberal o conservadora que han optado por el neoliberalismo.


Se dice que la extrema derecha no ha llegado a este punto por mérito propio, sino que su aparición en escena se debe a los errores de los partidos que se llaman demócratas y a la imposibilidad de la gente de vivir en un permanente estado de inseguridad material o espiritual.


Este fenómeno se basa en que gran parte del electorado, cuando se siente inseguro van a lo seguro y es la extrema derecha la que ahora les está dando ciertas garantías de que se saldrá en defensa de una situación que cada vez se vuelve más insostenible. Es decir que se puede concluir que la extrema derecha es un efecto del mal comportamiento de la democracia, razón por la cual algunos consideran que este panorama que se ha presentado en Andalucía es peligroso por sus implicancias.