Mientras el gobierno argentino continúa con la política de estrechamiento de lazos comerciales con el Reino Unido de Gran Bretaña, demostrada con la llegada del ministro de Estado de Comercio e Inversión de ese país, Greg Hands, desde el ámbito privado se conoció un hecho vinculado a las finanzas que pone en evidencia hasta qué punto los argentinos podemos aspirar a marcar presencia en las Islas Malvinas. Eduardo Elzstain, un empresario argentino con proyección global, hizo una oferta a través de una de sus compañías en Uruguay para comprar parte de la Falkland Islands Holding Group (FIH), un miniconglomerado de las Malvinas, que en el pasado tuvo como dueño principal a la corona británica. En la actualidad es el mayor operador comercial de las islas, con el 60% del mercado en distintos rubros. Por su parte Elzstain es el presidente y accionista mayoritario de IRSA, a través de la cual es dueño de la mayoría de los shoppings de nuestro país, edificios de oficina, hoteles y agropecuarias, además de participar en el Banco Hipotecario y contar con inversiones en Israel. 


Lógicamente, apenas se conoció la oferta desde Gran Bretaña se activaron mecanismos para determinar su conveniencia. La pretendida compra pone a prueba al propio gobierno del Reino Unido ya que deberá determinar si acepta o no inversiones extranjeras, especialmente de Argentina, en las disputadas islas. 


Todo indica que más allá de la cautela, no habrá mayores inconvenientes para que Elsztain consolide su posición, ya que se ha podido conocer que a través de una de sus empresas, Dolphin, ya es dueño de un 2,54% de las acciones del miniconglomerado. 


Con operaciones financieras de esta naturaleza el concepto de la declamada soberanía, por el que tanto se lucha, adquiere otra dimensión, y queda demostrado que los negocios no tienen fronteras. En el futuro la ocupación de un determinado territorio estará más vinculado al potencial financiero de las empresas instaladas que a otros factores geopolíticos. Con firmas fuertes, financiera y económicamente, se logra marcar una presencia que muchas veces es importante en la hegemonía de las naciones.