Cuando Internet irrumpió en el mundo de las comunicaciones, hace tres décadas, lo hizo al amparo de una libertad absoluta, libre de regulaciones y menos censura en la mayoría de los estados democráticos. Ese resguardo en beneficio de la libertad de expresión de los usuarios ha sido el éxito del sistema global de las redes, pero también las pocas compañías que prestan el servicio se han concentrado en una posición dominante difícil de destrabar.

Ahora el gran dilema es cómo regular al puñado de multinacionales que crecieron como una plataforma descentralizada, lejos de los controles oficiales para otras actividades comerciales, ya que los creadores de la web tenían vía libre para una innovación pensada en el bien común. Pero ese espacio competitivo se fue consolidando y desarrollando con colosos como Google, Facebook, Amazon y Aple, cerrando un círculo oligopólico que las autoridades no saben cómo abrir.

Es más, estos titanes digitales han adquirido todas las pequeñas firmas que amenazaban con competir, sin que las legislaciones estadounidenses o europeas pudiesen intervenir mediante las herramientas de control. Es así que para eliminar potenciales rivales y preservar el poder absoluto, Facebook compró unas 90 compañías de las que cerró más de 40 y Google hizo lo propio con 270 empresas que podían ser rivales. Un dato lo dice todo: la matriz de Google triplicó el último beneficio trimestral con una ganancia de 9.950 millones de dólares.

Esto parece haber desbordado la tolerancia y en Estados Unidos se han puesto firmes tendiendo un cerco regulador en torno a esta compañía dominante en Internet. Una comisión integrada por fiscales de una treintena de estados iniciará una investigación sobre las prácticas abusivas del fabuloso negocio gracias al poder que le da el mercado, imponiendo sus propias reglas de juego.

Esta investigación judicial multiestatal comenzó con la recopilación de información por parte de los fiscales y una tarea similar que realiza el Departamento de Justicia en conjunto con la agencia que regula las actividades comerciales. El Estado le está pisando los talones a Google y ya multó a la empresa con 170 millones de dólares por beneficiarse ilegalmente de los datos personales de niños menores de 13 años que utilizan Youtube, sin el consentimiento de sus padres. Esa información servía a los anunciantes para diseñar campañas publicitarias específicas para los chicos.

Facebook, Amazon y Aple también están en la mira de la Justicia y de comisiones del Congreso de EEUU, con actuaciones que conoceremos en breve.