La situación política de Italia es más que delicada. La renuncia del premier Giuseppe Conte obligó al presidente de esta república, Sergio Matarella, ha iniciar una serie de negociaciones para formar un nuevo gobierno que evite tener que llamar a elecciones generales tres años y medio antes de lo previsto y permitir al líder de la agrupación política la Liga, Matteo Salvini (ultraderecha), concretar el objetivo de alcanzar el gobierno imponiéndose en los comicios.

Todo este proceso, que para algunos responde a un ambicioso plan de Salvini para hacerse del Gobierno, dificulta a este país atender como corresponde temas de importancia como el fenómeno de la migración, el desempleo de los jóvenes y el de la deuda pública.

El gobierno que acaba de caer era fruto de una coalición, después de las elecciones de 2018, entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga. En mayo pasado, la Liga encabezadas por el vicepremier Salvini se convirtió en la primera fuerza de Italia al imponerse en las elecciones europeas lo que alentó las ambiciones de su líder quien hace dos semanas anunció que dejaba el gobierno y pidió llamar a elecciones, con el convencimiento de que de realizarse podrá acceder al poder con facilidad.

La renuncia de Conte tuvo como objetivo revelar esa maniobra ya que la concretó con un mensaje ante el Senado en el que repudió el accionar de Salvini, señalándole que "no respeta las reglas". Ahora el presidente Matarella está abocado a determinar un nuevo líder capaz de armar una coalición de gobierno sin tener que ir a elecciones.

Como una salida a esta crisis el Partido Democrático (de centroizquierda) y el Movimiento 5 Estrellas (Populista) podrían llegar a conformar una alianza, con lo que se le daría continuidad al gobierno en contraposición a las pretensiones de Salvini.

Actualmente Italia es la tercera mayor economía de la zona euro y se enfrenta a la tarea de realizar complicados recortes vinculados al déficit público, conforme a normativas de la Unión Europea. Por eso este nuevo gobierno deberá mostrarse como muy sólido y contar con el apoyo de la UE, ya que este bloque económico no tiene mucho interés en que Salvini asuma el gobierno de la república. Este líder tiene en estos momentos una gran resistencia de parte de numerosos sectores de la vida italiana y de la comunidad internacional, tanto por el estilo de gobierno que pretende imponer, como por la gran conmoción que ha generado políticamente con sus procedimientos.