El paro de la Confederación de Trabajadores de la República Argentina (CTERA), durante las jornadas del miércoles y ayer, tuvo en nuestra provincia un alto acatamiento confirmando el alineamiento entre los gremios provinciales y la central de los docentes a nivel nacional.

La huelga no solo provocó la interrupción del dictado de clases para más de 240 mil alumnos, sino que hizo que las negociaciones con el gobierno provincial se frenaran, lo que representa un retroceso en lo avanzado entorno al tema del Fondo Compensador y las ofertas de aumento salarial que se estuvieron manejando.

A la luz de los acontecimientos, es evidente que mientras CTERA siga promoviendo medidas de fuerza en reclamo de la paritarias nacionales, los sindicalistas sanjuaninos seguirán jugando a dos puntas: tratar de negociar en la provincia y apoyar las huelgas nacionales, con lo que consiguen sumar rédito gremial en estos ámbitos.

En tanto, las clases siguen siendo irregulares desde su inicio oficial, con apenas un par de días de asistencia de los alumnos a las escuelas, situación que traerá serias consecuencias y que incidirá en el proceso de enseñanza-aprendizaje del presente ciclo lectivo.

Una vez más las acciones dirigidas desde la Nación, por gremios nucleados en CTERA, enfrentados duramente con la administración central y la provincia de Buenos Aires, están haciendo valer su línea de acción para impedir que en las jurisdicciones provinciales se lleguen a acuerdos, que garanticen la normalización de las clases como ya es deseo de muchos docentes y padres.

La próxima semana hay una nueva huelga por 48 horas anunciada por CTERA, pero en esta ocasión los gremios tendrán que considerar la conveniencia o no de seguir sosteniendo un plan de lucha que hasta ahora lo único que ha logrado es agravar el enfrentamiento entre gremios y gobierno; demorar definiciones salariales y, lo que es más grave, hacer que los chicos no estén concurriendo a las aulas.

Se podría haber apoyado el reclamo nacional sin dejar de dictar clases, pero se prefirió el camino de la huelga. Ahora UDAP, UDA, y AMET, como también Sadop, tendrán que definir su posición y decidir si negocian en la provincia o siguen con los reclamos nacionales, asumiendo la responsabilidad del mal que se le está haciendo a la educación.