Ursula von der Leyen, ex ministra de Defensa de Alemania, es la encargada desde hace unas pocas semanas de comandar los destinos de la Comisión Europea, una de las siete instituciones que forman parte de la Unión Europea (UE) y que ostenta el prestigio de ser una de las más importantes desde el punto de vista que representa al poder ejecutivo de la Unión y de tener a su cargo la iniciativa legislativa. En este sentido es la encargada de proponer legislación, aplicar decisiones comunitarias y defender los tratados que la organización haya concretado con otros bloques económicos similares de distintas partes del mundo.

Dentro de sus atribuciones, la Comisión Europea, en una de sus primeras actuaciones, deberá hacer frente a un tema que se presenta muy polémico como es el del Brexit. La salida del Reino Unido de Gran Bretaña de la Unión Europea, a efectivizarse el próximo 31 de enero, no es un tema menor ya que implicará una gran transformación que cambiará varias reglas de juego, especialmente en el aspecto económico de la Región.

Entre otros temas que la nueva gestión de Von der Leyen deberá enfrentar está el de ir perfilando una conciencia política que haga que Europa esté en condiciones de seguir creciendo, para continuar marcando presencia a nivel mundial. También figura el tema de amparar las empresas para que puedan enfrentar a las grandes tecnológicas, que intentan quedarse con los mercados globales, relegando al resto a lugares pocos relevantes. En este sentido adquiere trascendencia la política de establecer acuerdos con otros bloques económicos como el Mercosur (Mercado Común del Sur), que avanza muy lentamente por los problemas que surgieron entre algunos países de la Unión Europea, como Francia, con Brasil. También por la posición del presidente brasileño Bolsonaro ante el triunfo de Alberto Fernández, que lo llevó a decir que no promovería el acuerdo Mercosur-UE, aunque después se mostró un poco más flexible. 

Para hacer posible todas estas tratativas, el nuevo ejecutivo comunitario ha introducido numerosos cambios que demuestran la voluntad por dar respuesta a cada uno de los temas. Para ello ha tenido que hacer algunas concesiones entre representantes populares y liberales lo que, en la observación de los analistas, ha erosionado el capital político que en un principio tenía Von der Leyen. Se espera que esto no vaya a incidir negativamente en el funcionamiento de la Comisión, influyendo en la resolución de los temas que tiene en carpeta.