No hay nada peor que llegar a una ciudad y encontrar que todos sus negocios, incluyendo confiterías y restaurantes se encuentran cerrados por ser feriado o domingo. Esa es la peor forma de tratar al público en general o a los turistas que suelen llegar, precisamente, en esos días y que terminan llevándose una mala imagen de una provincia que no les ofrece todo el potencial comercial que el visitante espera encontrar.
Las festividades de Navidad y Año Nuevo tienen este año la particularidad de dar lugar a dos fines de semanas extra largos, de cuatro días cada uno, lo que ha generado distintas posiciones sobre la modalidad que el comercio deberá adoptar, respecto de su actividad, para esos días.
Más allá de las conveniencias empresariales con sus posibles ganancias, y las pretensiones gremiales en busca de beneficiar a los empleados del sector, hay que tener muy en cuenta el espíritu de servicio que compete a la actividad comercial.
Es de fundamental importancia que el comercio, en sus distintos rubros, esté abierto ante las necesidades de la gente, facilitando horarios de atención para hacer compras o poder elegir diferentes destinos para tomar un café, almorzar o cenar.
Nuestro calendario anual laboral está plagado de feriados celebratorios y conmemorativos, como también de los denominados "feriados puente” que hacen que la situación que ahora se presenta con Navidad y Año Nuevo se repita en varias ocasiones. Para cada una de ellas debe prevalecer el mismo criterio, llegar a establecer la necesidad de que el comercio como servicio esencial se interrumpa lo menos posible.
En una provincia como San Juan, interesada en promover la actividad turística, es de gran valor asegurar que la mayor cantidad posible de comercios ofrezcan sus servicios, tanto en la ciudad Capital como en los departamentos alejados que, por lo general, es donde están los principales atractivos turísticos.
Hay que promover que los feriados y domingos haya más negocios abiertos, ya que en la medida que esto se logre se irá creando un acostumbramiento que luego pasará a ser un factor distintivo para la provincia, que estará en la boca de todos los turistas que la visiten.
Otro aspecto a considerar es que la siesta sanjuanina sea un poco más flexible a la hora de ofrecer a los turistas alternativas a realizar durante ese período, considerando que mucha gente que llega de visita a San Juan no tiene ese hábito.
