El gobernador Sergio Uñac insistió ayer en la responsabilidad social que debe asumirse en estos días de descanso por Semana Santa con un auge turístico en San Juan, señalando que se debe ser muy cuidadosos en los protocolos, pero sin generar alarma de cierre de ninguna actividad, "porque no sé si queda margen para volver a hacer esto", dijo, en alusión a los confinamientos obligatorios que podrían retornar por el impacto de una segunda ola de contagios.
Fuera del mundo católico, esta inactividad se toma como una prolongación de las vacaciones y lo confirma el promedio del 91% de reservas hoteleras en la provincia, incluyendo a la Capital, que ha sorprendido a la propia ministra de Turismo y a los prestadores del sector, que habían puesto sus expectativas en esta fecha para recuperar una actividad muy castigada por la pandemia.
De cierta forma el movimiento inusual que producen los visitantes, incluyendo la llegada de turistas de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, según los permisos otorgados por la cartera de Claudia Grynszpan, constituyen una amenaza desde el punto de vista sanitario, en particular por la actitud de los jóvenes que reiteradamente han violado los protocolos, en excursiones no autorizadas y en fiestas clandestinas.
Por ello los controles deben ser rigurosos, tanto en las actividades previstas en los distintos departamentos y mucho más todavía en situaciones no autorizadas, como en las improvisadas escaladas de cerros por parte de jóvenes sin experiencia, que quedan aislados y exigen arduos operativos de rescate. La presencia de bebidas prohibidas y estimulantes en reuniones de chicos sin ningún recaudo para evitar contagios, es una constante en cualquier situación como dan cuenta las numerosas contravenciones de adolescentes que se vienen registrando.
La segunda ola de Covid-19 está llegando y las autoridades siguen de cerca los contagios, mientras la actividad económica encienda las alarmas ante otra posible cuarentena restrictiva que todos rechazan. Se han replanteado muchos trabajos para hacerlos online y limitaciones pensadas en el bien común, pero es la responsabilidad personal la que determina el éxito o el fracaso de los resguardos. Los mayores deben controlar a la juventud, en especial, cuyo ímpetu lleva a un descontrol donde los perjudicados son, precisamente, los menores.