Las multitudinarias protestas callejeras en Cuba, que por primera vez alcanzaron prácticamente a toda la isla, han sorprendido al mundo tanto por la masiva presencia de manifestantes como por la violenta represión por parte de los guardianes de la revolución, tropas de elite de civil, que buscaron aplacar el hartazgo popular contra el régimen comunista encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel, sucesor del castrismo.


El mandatario asumió en 2018 reemplazando a Raúl Castro, quien siguió como secretario general del Partido Comunista hasta abril último, cuando se retiró definitivamente de la primera línea política de la fracasada Revolución iniciada por Fidel, más de medio siglo atrás. Díaz-Canel mantuvo la continuidad del gobierno mezclando nuevos dirigentes con revolucionarios históricos pero la coherencia fue difícil de lograr en un país con enormes dificultades económicas, estructurales y necesidades sociales.


En este contexto apareció el coronavirus que fue controlado en los primeros meses de 2020, pero luego un rebrote marcó récord de casos cuyas cifras no serían las reales por el ocultamiento oficial y lo que indica el colapso de los centros de salud. El panorama se agrava por el desborde inflacionario, los apagones y la escasez de alimentos, medicamentos, y productos básicos, mientras el turismo, la gran fuente de ingresos está paralizado por la crisis sanitaria mundial.


El Gobierno dictó una serie de reformas económicas a principio de año, incluyendo un aumento de salarios, que fue disparador de la suba de los precios en más del 500% y promovió las llamadas "tiendas en monedas libremente convertibles'', en las que comenzaron a vender algunos alimentos y productos de primera necesidad que se pagan en divisas, que no tienen la mayoría de los asalariados.


Esta ebullición social puede ser el comienzo de un cambio histórico en Cuba por dos circunstancias bien marcadas. Es la mayor protesta desde la realizada en agosto de 1994 en La Habana, rápidamente sofocada por Fidel Castro y su fuerza de "respuesta rápida'', de manera que en muchas provincias ni siquiera se enteraron del hecho. Ahora, casi 30 años después, Internet y las redes sociales no sólo convocaron a salir a las calles sino impusieron el himno de lucha, "Patria y Vida'' con más de 6 millones de reproducciones en YouTube.


El título de la canción es lo opuesto a "Patria o Muerte", eslogan de la Revolución Cubana y el pueblo no va a canjear su vida con un pensamiento totalitario.