Los expertos en ciberseguridad y empresas proveedoras de servicios digitales han advertido sobre el alto riesgo de los casos de "grooming", el anglicismo que define las acciones engañosas de un adulto a través de Internet, con un objetivo deliberado o intenciones sexuales mediante una amistad virtual creada a la distancia. La extensa cuarentena impuesta en la Argentina para contener el brote de coronavirus llevó a los chicos a encontrar refugio en computadoras, teléfonos celulares y cualquier otra plataforma electrónica en red.


El ciberacoso tiene numerosas víctimas en menores de edad y desde hace siete años existe una ley específica que llevó a establecer el 13 de este mes como el Día Nacional de Lucha contra el Grooming. Hasta ahora sólo se conocen más de 2000 casos judicializados mediante esa norma, pero el gran interrogante es la cantidad de engaños producidos durante el aislamiento obligatorio. Únicamente en la provincia de Buenos Aires se contabiliza una denuncia de este tipo cada 13 horas, una clara referencia sobre lo que puede estar ocurriendo en el resto del país.


En esta actividad delictiva con víctimas en el seno del hogar, la prevención está en manos de los adultos de manera de imponer la supervisión parental del material de la web utilizado por los chicos, para que no puedan ser sorprendidos por un acosador en momentos de realizar sus tareas escolares a distancia, por ejemplo. Y también mantener el diálogo y la confianza en sus padres a fin de conocer si alguna irrupción en la red los está incomodando o acosando con engaños supuestamente de otros menores que quieren ser sus "amigos" y piden fotos en actitudes comprometidas que pueden servir para el chantaje.


De acuerdo a mediciones de analistas en seguridad de sistemas, el 70% de los padres desconocen de qué se trata el delito de grooming y por ello no controlan la actividad de los niños frente a las pantallas, ya sea por las ocupaciones de los mayores, o directamente por la creencia de que están lejos de ser víctimas de esta situación. Sin embargo el acoso puede darse por cualquier medio digital que permita la interacción entre dos o más personas en redes sociales, correo electrónico, mensajes de texto, sitios de chats, páginas de juegos en líneas, entre otros dispositivos que conviven con los menores.


Ante la menor sospecha se debe llamar al 911, o comunicarse por mail a la casilla ciberseguridad@ba-csirt antes de que el contacto sea personal.