Desde que se comenzó a hablar del cambio climático de la Tierra, producto del calentamiento global y de los hábitos de los humanos que se relacionan con la contaminación ambiental en todas sus variantes, se ha creído que la solución a este problema pasa por decisiones que deben ser tomadas a nivel global, cuando se sabe que esta situación no incide en todos los lugares del planeta de la misma forma. Más allá de algunas directrices que son necesarias a nivel general, las acciones deben estar focalizadas ya sea a nivel continental, nacional o de cada una de las comunidades que conforman un Estado o nación.
Es por ello que se debe comenzar a hablar de contaminación ambiental desde el ámbito vecinal, en el que se debe inculcar a la comunidad a no ensuciar los cauces del sistema de riego del arbolado público, las plazas y parques, y otros lugares comunes que son necesario mantener en buenas condiciones para evitar la acumulación de residuos y la proliferación de insectos y roedores. En las ciudades de cualquier dimensión la tarea de los vecinos debe estar orientada al uso correcto de los contenedores de basura, y a evitar la acumulación de residuos tanto en la vía pública como en el interior de sus propiedades.
En el ámbito provincial se debe tener especial cuidado con la acción de arrojar residuos o basura en general a los cauces de los canales; descampados solitarios, que por más que no estén cerrados o vigilados deben permanecer limpios; orillas de rutas y caminos y lugares turísticos o de excursiones, como las elevaciones cordilleranas o zonas de los diques, en las que no deberían acumularse residuos de ningún tipo.
A nivel nacional, en el caso de la Argentina, hay zonas de mucha acumulación de residuos y contaminación en las inmediaciones de los ríos, lagunas, humedales y desemboque de cursos de agua hacia el mar.
Los bosques y pastizales también deben ser protegidos de la contaminación, evitando también las posibilidades de incendios, que además de ser muy destructivos son altamente contaminantes de la atmósfera.
En la Argentina hay casos emblemáticos de contaminación como lo es el del conocido Riachuelo y otro mucho menos conocido que es el Río Reconquista. Este último cauce es uno de los más contaminados del país, ubicándose en segundo lugar después del Riachuelo. El Reconquista aporta el 33% de la contaminación de origen industrial y cloacal al Río de la Plata y tiene una cuenca que cubre 1.670 km y recorre 13 partidos de la provincia de Buenos Aires.
Son en estos ámbitos más próximos donde la contaminación que deriva en el cambio climático comienza a generarse, y en la que debería ser controlada como una manera efectiva de evitar que este fenómeno siga avanzando. Si cada país, cada provincia o pueblo hiciera lo que le corresponde en materia ambiental, el mundo se encaminaría a controlar esta situación que cada vez es más preocupante por la incidencia que tiene en todos los órdenes de la vida.
