En un marco regional y global más favorable la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) pronosticó que la Argentina alcanzará durante el corriente año un crecimiento económico del 3%, superando al 2,9% registrado durante 2017. Este comportamiento de la economía argentina es importante porque significa que estaríamos en el segundo año consecutivo de crecimiento, después de la fuerte contracción sufrida durante 2016, primer año de gestión del actual gobierno.
Durante 2017 Argentina se colocó en el cuarto lugar entre los países latinoamericanos en los que más creció el PBI. Paraguay se ubicó en primer lugar con un 4%; lo siguió Bolivia, con un 3,9%; Uruguay, 3%; Argentina, 2,9%; Perú, 2,5%; Colombia, 1,8%; Chile, 1,5% y Ecuador, 1 por ciento.
Los factores que están haciendo posible este crecimiento son el consumo privado, la inversión y la política vinculada al gasto público en la que, sin duda, incidirá -aunque sea levemente- el anuncio que acaba de formular el presidente de la Nación, Mauricio Macri, referido al recorte de la planta política del Gobierno nacional, el congelamiento de salarios para ese sector y la prohibición de que sean nombrados familiares de funcionarios de gobierno. Este ajuste era una materia que el Ejecutivo tenía pendiente desde el año pasado, que si bien no es muy significativo alcanza como gesto político para que otros poderes del Estado imiten este comportamiento.
El informe de la CEPAL, organismo que depende de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) señala que uno de los factores que promoverán el crecimiento es la reducción de la inflación. Del 40,5% de inflación anual que se registró durante 2016, el año pasado se redujo al 24,6%, según el IPC-Congreso. Para el presente año, el Gobierno pretende una inflación que no vaya más allá del 15%, por lo que ha dado instrucciones para que las negociaciones paritarias se ajusten a ese porcentaje.
Otro factor que señala CEPAL, como responsable de este comportamiento, es el leve repunte de la economía brasileña, que incide en las exportaciones a ese país. Esto quiere decir que mucho tendrá que ver la recuperación de los socios comerciales regionales y globales, junto a un mejoramiento de las condiciones de las exportaciones; la evolución de los ingresos reales de las familias, del crédito al sector privado y de la orientación que el Gobierno le dé a la política fiscal, uno de los principales escollos que tiene nuestra economía.
