En nuestro país, los horarios de los partidos del Mundial de Fútbol Rusia 2018 no son los más apropiados para las personas que trabajan, pero el entusiasmo que existe por el fútbol y el obligado paréntesis que se establecerá cada vez que juegue el seleccionado argentino, alcanzará para crear el ambiente necesario de lo que representa esta fiesta del deporte más popular, que se extenderá hasta el 15 de julio.

Como ocurre cada cuatro años, durante estos días el tema del Mundial estará presente en cada hogar, oficina o café. Casi sin darnos cuenta nos llevará a dejar de pensar en muchos de los problemas que nos agobian, provocados por la situación socioeconómica y los conflictos políticos y gremiales que afronta el país.

Las discusiones que se puedan establecer sobre la forma de jugar de uno u otro equipo, o el nivel de juego de nuestra selección nacional, dejará en un segundo plano las preocupaciones por el costo de vida o el precio del dólar y actuará a manera de relax, permitiendo a mucha gente bajar su nivel de estrés.

El fútbol, a nivel de un campeonato Mundial, es una de las pocas actividades recreativas que une a los argentinos como sociedad. Y esto hay que aprovecharlo en beneficio del país.

Científicamente está comprobado que durante el período que dura un Mundial se produce un relajamiento en la sociedad que se traduce en una etapa de menores presiones y mayor alegría. Depende de los resultados que se vayan obteniendo en cada una de las etapas, que ese estado de aparente felicidad se prolongue o termine abruptamente, en caso de que el seleccionado nacional quede eliminado prematuramente.

A pocas horas de iniciado el Mundial podemos comprobar satisfactoriamente que el fútbol nos está uniendo como sociedad, porque competimos como país, unidos bajo una misma bandera. Un fenómeno que cuando lo hacemos hacia adentro, en los campeonatos nacionales, no se da de la misma forma por una serie de inconvenientes como el fenómeno de los "barras”, que actúan como elementos disgregadores y generadores de violencia, afectando muy seriamente a este deporte y a la sociedad en general.

El Mundial que se ha puesto en marcha constituye una buena oportunidad para que nuestra sociedad encuentre dentro de la recreación y la alegría bases sólidas para allanar diferencias. Debe enseñarnos a que con unidad se pueden alcanzar objetivos vinculados al engrandecimiento de la Patria.