La propuesta del exsenador y exministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, de alcanzar un 'gran acuerdo nacional'' es la muestra más cabal de sentido común que un dirigente político ha podido efectuar en los últimos tiempos, con el objeto de reencausar los destinos de la Nación superando la profunda crisis económica, financiera y política que afecta al país. Bullrich aprovechó el día de la celebración de un nuevo aniversario de la Constitución nacional para lanzar la propuesta que fue elaborando en los últimos meses en base a la opinión de un amplio espectro ideológico de dirigentes políticos, empresariales, sindicales y de la sociedad civil. Con el aporte de todos ellos alcanzó a definir los 12 puntos que dan forma al acuerdo y que incluyen desde la necesidad de defender y valorar la Constitución, pasando por promover una ley de estabilización económica, a implementar el sistema de boleta única para votar. También promover políticas de seguridad que combatan el narcotráfico y aseguren la paz, y el fomento del desarrollo y las inversiones con un régimen laboral que facilite la creación de empleo privado y el impulso de los pequeños productores, las pymes y el emprendedorismo. Otro de los ejes del acuerdo pasa por la cuestión educativa, clave para 'generar el capital humano que demanda este nuevo siglo'' y que debe contemplar una actualización de la ley de educación.


Bullrich propone mediante el acuerdo luchar contra 'la grieta'' señalando que no es más grande que los miles de puntos de encuentros que existen en el país y atribuye la actual situación a que "los dirigentes enfermos de impotencia se han pasado demasiados años sacando provecho electoral de dividir a la gente, enardecerla y asustarla''.


La iniciativa ha sido bien vista en general por todos los integrantes del arco político del país, aunque falta determinar si contará finalmente con la adhesión de todos los dirigentes políticos sin excepción.


Se trata de una propuesta sensata que busca restablecer lazos de unión en el país, al considerar que la desunión o el divisionismo son factores que obstaculizan el normal funcionamiento de las instituciones. Un mal que afecta al país desde hace mucho tiempo y al que no se le encuentra una solución acorde a las necesidades que tiene actualmente la Argentina.


Como dirigente y funcionario Bullrich ha dado muestras de sapiencia y capacidad y a pesar de su padecimiento de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) que lo mantiene postrado en una silla de rueda especial, ha sido capaz de elaborar una propuesta que el país viene necesitando desde hace tiempo y que sería muy bueno llevar adelante sin la acostumbrada oposición a la que estamos acostumbrados.