La guerra comercial de Estados Unidos y China por la ola proteccionista impuesta desde la llegada al poder del presidente Donald Trump, ha sido el punto de inflexión que posibilitó el histórico acuerdo del Mercado Común del Sur (Mercosur) con la Unión europea, un proceso negociador que se extendió durante 20 años hasta llegar a la firma de este Acuerdo de Asociación Estratégica, sin precedentes.

El enfrentamiento de las principales economías del mundo ha sido la coyuntura que posibilitó el acuerdo regional ante la necesidad de contar con un mercado seguro para exportar frente a la posibilidad de que el gigante asiático inunde al mundo con los productos que no puede colocar en EEUU por la barrera arancelaria de Trump. Es el momento de poner en marcha este entendimiento estratégico con los objetivos establecidos, sin que las especulaciones electorales en nuestro país alteren los tiempos de integración.

Debe recordarse que las puertas de ambos mercados se abrirán progresivamente a fin de no desequilibrar el comercio bilateral, de manera que los beneficios sean recíprocos y en tiempo y forma, incluyendo los resguardos ocupacionales, sindicales y sociales en general vinculantes. Lo importante es estar asociado con el primer inversor global que a la vez importa el 17% del total de bienes y servicios y representa el 20% del PBI de la economía mundial.

A la vez la Argentina tendrá la inserción internacional en un mercado de más de 800 millones de habitantes y con más de 100.000 millones de dólares de bienes y servicios lo que posibilitará un aumento significativo de las exportaciones de las economías regionales y con previsibilidad, transparencia y reglas claras para una amplia oferta. Nuestros vinos podrán ingresar a la UE por la puerta grande y esto implica un atractivo excepcional para los productores sanjuaninos en especial.

Existen mentes retrógradas que crean fantasmas en este acuerdo y lo plantean en la campaña electoral como hechos ciertos, sin tener en cuenta que este logro no es de un gobierno en particular sino de una asociación de países empeñados en establecer un vínculo político, cultural y económico estratégico permanente con la Unión Europea. Además se fortalece la relación de los países del Mercosur con una dinámica en el comercio interregional, armonizando normativas y simplificando procedimientos internos que hasta ahora son hasta conflictivos.