A pesar de que todavía está en su etapa de reorganización, al tener en trámite su personería jurídica, el Banco de Alimentos de San Juan está cumpliendo una destacada tarea en beneficio de los sectores más carecientes de la comunidad. Un grupo integrado por voluntarios particulares y miembros del Rotary Club San Juan Capital -que cedió su personería jurídica para posibilitar su funcionamiento- son los que están encargados de que el Banco local esté cumpliendo con su objetivo haciendo posible que todas las semanas 20 merenderos y comedores infantiles reciban la mercadería que es donada por los grandes supermercados que funcionan en la provincia. Sería interesante que a esta iniciativa se sumaran otros sectores de la producción, como los chacareros o agricultores en general que también cuentan con productos para desechar como frutas y hortalizas, de manera que los chicos puedan recibir los nutrientes que proporcionan las verduras y las frutas. 


Hay que tener en cuenta que los bancos de alimentos son organizaciones solidarias sin fines de lucro que contribuyen a reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos, que gracias a la Ley de góndolas ahora se pueden destinar a los sectores más carecientes. 


Los alimentos que se rescatan son aptos para el consumo, por lo que son almacenados y clasificados de manera de poder ser distribuidos de manera segura entre las entidades de ayuda comunitaria. De esta manera quienes participan de esta iniciativa otorgan un valor social a aquellos alimentos que perdieron su valor comercial, evitando su desperdicio y posterior contaminación del ambiente y haciendo posible que lleguen a personas que realmente los necesitan. 


La tarea de recolección y distribución es complementada con una labor educativa vinculada a la sana nutrición y su importancia para el crecimiento y desarrollo humano, la manipulación y elaboración de alimentos y el mejoramiento del medio ambiente. 


El Banco de Alimentos de San Juan nació como una propuesta solidaria en 2018, hasta quedar constituido como una entidad de bien público representada por una comisión encabezada por la coordinadora General del proyecto, Mabel Elisandro. A consecuencia de la pandemia no se ha logrado hasta ahora la personería jurídica de la entidad necesaria para conformarse como una ONG independiente. 


La idea de incorporar a la iniciativa a los agricultores responde a que ha podido observarse una gran cantidad de deshechos de frutas y hortalizas en los callejones de acceso a las fincas o en otros sitios como la Feria Municipal o Mercado de Abasto de la Capital o el Mercado Concentrador de Frutas y Hortalizas que funciona en Rawson.