Una joven de 21 años muerta por motochorros que pretendían robar el auto en el que se encontraba con su novio, en la puerta de su domicilio particular ubicado en el conurbano bonaerense, y una niña de 3 años herida gravemente en un asalto perpetrado a pocas cuadras del lugar, son dos de los hechos delictivos con mayor repercusión en los últimos días, que demuestra que el tema de la inseguridad se encuentra en uno de los momentos más críticos de estos últimos años. Si bien los hechos de mayor notoriedad están localizados en la zona del Gran Buenos Aires, esto no quiere decir que en el resto del país la situación sea mucho mejor, ya que en los últimos tiempos también han trascendido hechos de extrema violencia que demuestran que este problema sigue creciendo y tiende a generalizarse.

La sensación de la gente de que las fuerzas de seguridad no están en el momento oportuno, en que se necesitan que actúen, se está acentuando y debería llevar a las autoridades policiales a replantear su manera de trabajar especialmente respecto a la tarea de inteligencia, a fin de hacer más eficiente la labor preventiva.

Se conoce a la perfección cuáles son los lugares o sitios más conflictivos, lo mismo que los horarios y días de la semana en que determinada zona corre riesgo de ser objetivo de los delincuentes, por lo que se debería aprovechar todas esa información para actuar en consecuencia y desarrollar una tarea preventiva que desaliente el accionar delictivo.

También existen serias sospechas de que hay zonas "liberadas” en la que los delincuentes pueden actuar con total impunidad, y en la que los vecinos quedan expuestos no sólo a ser objetos de robos de bienes materiales sino, lo que es más grave, a poner en serio riesgo sus vidas.

El caso de la joven muerta en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires, lo mismo que la niña herida en Villa La Rana, es un claro ejemplo de la osadía de los delincuentes que no tuvieron ningún reparo en intentar dos ataques, en plena vía pública, sabiendo que nadie obstaculizaría su accionar.

La vigilancia policial, a través de los efectivos de la fuerza o de la tecnología que se dispone actualmente, como cámaras de seguridad, drones, u otros recursos de vigilancia a distancia, debería ser utilizada conforme a un plan bien establecido, en forma permanente durante las 24 horas, y con el convencimiento de que la prevención es mucho más efectiva que engrosar las dotaciones policiales con personal que si no es bien aprovechado en nada contribuye con la lucha contra la delincuencia.