Pese a las modas o nuevas tendencias que giran en torno a la organización familiar, la sociedad argentina y, particularmente la de nuestra provincia, sigue, en su gran mayoría, encolumnada tras una estructura que tiene a la madre como eje central de ese grupo primario.


Mucho tiene que ver los orígenes de nuestra sociedad formada, en su mayor parte, por miembros de corrientes migratorias provenientes de países como España o Italia, donde históricamente la madre ocupó un lugar destacable en la crianza de los hijos y en la formación de valores que luego distinguiría a toda la familia. De ahí que la madre, además de ser la encargada de procrear, en la era moderna se convertiría en la base de la institución familiar, ejerciendo muchas veces el matriarcado ante la ausencia del jefe de familia, motivada por distintas circunstancias.


La madre representa el alma de la familia, y aunque haya formatos nuevos que intentan suplantarla, todos saben que un niño necesita imperiosamente el amor y los cuidados que sólo una auténtica madre puede dispensar. Esto es afirmado tanto por quien ha tenido la suerte de contar con su madre desde siempre, como también por aquellos que aunque no pudieron estar con su progenitora, Dios les puso en el camino a otras personas para cuidarlos y educarlos.


La fecha que hoy se recuerda tiene un sentido muy especial. Es alegría para quien tiene a su madre viva y la puede disfrutar dentro de esta mágica relación establecida por dos seres unidos por el vínculo más estrecho que pueda existir. Por otra parte es nostalgia plagada de recuerdos necesarios para quienes vivieron la partida de ese ser querido como uno de los hechos más desgarradores que pueda experimentar un ser humano.


Pasará el tiempo, con sus modas y nuevas tendencias, y aunque siempre habrá alguien interesado en promover cambios en las estructuras sociales, la madre como institución familiar seguirá vigente. Por más que se hable de nuevos formatos como parejas de un mismo sexo con hijo propio de uno de ellos, o mandado a procrear fuera de la pareja.


Preservemos el significado de madre, porque con esto estaremos consolidando nuestra sociedad. 


Evitemos que nuevas tendencias o costumbres priven a la gente de este vínculo que resulta tan reconfortante como necesario para entender el sentido de nuestras vidas.