El populismo, sea de izquierda o derecha, sustenta la filosofía de ser dueño de la verdad y por eso no admite discensos y menos críticas, por objetivas que sean.

En este contexto el enemigo es la prensa independiente por el hecho de observar la realidad con una óptica diferente de la obstinada mirada del poder.

Por eso no sorprende que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, haya reiterado sus críticas a los medios calificándolos como el "partido de la oposición", porque a su juicio existe "deshonestidad y engaño total" al adoptar una línea informativa absolutamente consustanciada con sus opositores.

Es más, Trump cree que estos medios son mucho más capaces que el Partido Demócrata, derrotado estrepitosamente, dice en una entrevista con la televisión cristiana CBN, que será emitida el domingo, aunque aclaró que "no estoy hablando de todo el mundo, sino de una gran parte de los medios".

Pero no es otro de los exabruptos del heredero de la Casa Blanca sino que ha confirmado la política de comunicación de su gobierno. Como todos los gobernantes absolutistas Trump ha optado por comunicarse por las redes sociales antes que en entrevistas y conferencias de prensa.

Por ello ha repetido las palabras de Steve Bannon, uno de sus asesores más cercanos y artífice de la victoria, quien declaró al The New York Times que la prensa tiene que callarse la boca porque se ha convertido en el partido de la oposición.

Dijo que el periodismo todavía no entiende por qué Donald Trump es el presidente de los Estados Unidos y por eso debería estar avergonzado y humillado.

El mentor de la nueva comunicación fue director de Breibart News, un medio digital convertido en un referente del "alt-right", una nueva extrema derecha nacionalista de los republicanos.

Desde la toma de posesión de Trump, el pasado 20 de enero, la prensa ha expuesto hechos contrastados que el equipo del presidente trata de refutar, como fue la baja asistencia al acto de asunción, o la inexistencia de un fraude electoral masivo, como Trump asegura que existió en los comicios de noviembre último. Es de esperar que no hayan leyes mordaza ni regulaciones a la libertad de expresión.