China ha ofrecido al mundo un sofisticado y polémico sistema de vigilancia para controlar la pandemia, exhibiendo resultados admirables teniendo en cuenta que fue allí donde se originó el coronavirus y ahora tiene menos casos que en Estados Unidos y varios países de Europa. Según el presidente Xi Jinping, en comentarios realizados en la reciente Cumbre del G20, el país asiático utiliza tecnologías innovadoras -y cuestionables- como el rastreo de teléfonos, utilización de robots en hospitales, cámaras de reconocimiento facial para controlar la temperatura corporal y hasta drones para vigilar el cumplimiento de la cuarentena y el distanciamiento social.


Un supuesto monitoreo de masas de alcance mundial debería utilizar códigos QR (Quick Response) o código de respuesta, rápida asociado a políticas y estándares globales para establecer el estado de salud de pasajeros en viajes internacionales y, a partir de allí, una supervisión más amplia. La catarata tecnológica con inteligencia artificial puede tener éxito en China por el modo de vida y sistema político imperante, pero ha despertado críticas en varios países porque son herramientas que pueden monitorear prácticamente la vida de las personas.


El mandatario explicó que los códigos podrían utilizarse para reconocer certificados de salud basados en resultados de pruebas de ácido nucleico, comúnmente llamado prueba de hisopado o PCR para determinar la presencia de coronavirus. Sin dar más detalles, se sabe que China aplica estos códigos desde febrero, cuando el brote se expandió como pandemia y se basan en una combinación de datos e información enviados por los propios usuarios de teléfonos celulares. La respuesta del QR es del tipo semáforo, la persona recibe una señal verde si puede movilizarse y si es roja necesita estar en cuarentena hasta por dos semanas.


La comunidad internacional, en particular donde impera el Estado de derecho y las organizaciones de derechos humanos, han mostrado cautela ante estos software de avanzada que si bien pueden ser muy aptos para establecer una puntuación personal basada en el historial clínico, chequeos médicos y hábitos de vida, también pueden hacer un seguimiento político amplio. En la vida democrática los QR serían verdaderos caballos de Troya para conocer zonas que se visitan, centros de compras, restaurantes y hasta el lugar de trabajo.


El control de masas del régimen chino puede ser efectivo porque los ciudadanos responden a un adoctrinamiento político y cultural donde no caben las libertades individuales y los derechos supremos que gozan los pobladores en las naciones desarrolladas y emergentes, sin ataduras ni imposiciones.