Las convocatorias de las Naciones Unidas para asumir pactos ambientales en sucesivas cumbres de gobiernos han tenido tibios avances para luchar contra el cambio climático, sucesivas postergaciones y hasta renuncias, como la de Estados Unidos tras la asunción del presidente Donald Trump, uno de los que descreen del calentamiento global, a pesar de las catástrofes que azotan a ese país como consecuencia de este fenómeno. Sin embargo la realidad obliga a tomar drásticas decisiones aunque se enfrenten las políticas internas.


Es lo que hizo en estos días el gobernador del Estado de California, Gavin Newsom, con una medida histórica que prohíbe la comercialización de automotores nuevos impulsados por motores convencionales, a nafta o diesel, a partir de 2035, de manera que toda unidad 0Km sea cero emisiones. Además, todos los camiones y vehículos comerciales que circulen por ese Estado a partir de 2045 deberán ser 100% eléctricos y hay razones indiscutibles para ello.


California tiene el mayor parque automotor de EEUU con más de 15 millones de vehículos, casi el doble de Texas con 8 millones, según un relevamiento de 2018, generando altísima contaminación de carbono y el 80% de la niebla tóxica que se forma diariamente en la ciudad de Los Ángeles y áreas del Valle Central por funcionamiento de vehículos de combustión interna. También es el Estado más poblado y por ello el gobernador relaciona la medida directamente con la crisis climática y los sucesivos incendios devastadores.


Precisamente la decisión se la vincula con las estadísticas del asma infantil, entre otras enfermedades respiratorias, debido a la mala calidad del aire que se respira en la zona, siendo los vehículos los principales contaminantes. El gobernador Newsom apuntó más lejos al señalar al tránsito automotor mundial como factor determinante del derretimiento de los glaciales, que al elevar el nivel del mar amenaza las playas y costas del Oeste estadounidense, de manera que cuando entre en vigor esta medida inédita, tampoco podrán circular por las carreteras estatales automóviles convencionales de otros lugares.


Este programa ya se activó en 14 estados y también en la Unión Europea -Francia y España anuncian fechas de caducidad a los autos actuales-, con alto contenido político contra la administración Trump por ignorar la crisis climática.