La Corte Internacional de Derechos Humanos (CIDH) ha puesto las cosas en su lugar frente a las pretensiones del autoritarismo político que erosiona a las democracias con las pretensiones de aferrarse al poder mediante a las reelecciones indefinidas. El caso más cercano es el de Evo Morales que pretendió competir en las elecciones presidenciales de Bolivia en 2019 aduciendo su derecho a participar en política.

Como respuesta a una solicitud de Colombia, la Convención Americana tomó posición sobre los mandatos consecutivos, dictaminando el jueves último que la reelección presidencial indefinida no se encuentra bajo la protección de ese organismo continental, por lo tanto no es un derecho humano como esgrimen quienes se consideran insustituibles en el poder. El fallo alude en particular al caso del líder indigenista que invocaba un derecho humano para aferrarse a la presidencia en 2017, a pesar del referéndum negativo.

Para la CIDH el mayor peligro actual para las democracias de la región no es un rompimiento abrupto del orden constitucional, sino la erosión paulatina de las salvaguardas democráticas que pueden conducir a un régimen autoritario, incluso si este es electo mediante comicios populares, según el documento que sienta jurisprudencia a ese nivel.

Es decir, una reelección presidencial indefinida no es un derecho humano autónomo, debido a que no cuenta con reconocimiento normativo en la Convención ni en la Declaración Americana, y de forma general, en el corpus iuris del derecho internacional sobre derechos humanos en otros tratados internacionales, en la costumbre regional, ni en los principios generales del derecho.

Este fallo es incompatible con la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia, que en 2017 dio vía libre a una tercera reelección consecutiva del expresidente por considerarla como "un derecho humano" amparado en el Pacto de San José de Costa Rica. Pero para la CIDH la reelección indefinida es contraria a la democracia representativa y por ello a las obligaciones establecidas en la Convenció Americana y la Declaración Americana de los Derechos del Hombre.

La permanencia en el poder de un presidente por un largo período afecta la independencia y la separación de poderes, dadas las capacidades que puede tener de nombrar a miembros de otros Poderes del Estado y, desde esa posición privilegiada, tomar ventaja en una contienda electoral. Evo Morales acusa a la "doble moral" de la derecha por este dictamen y lo considera como un "ataque golpista" de la OEA.