Primero fue el primer ministro británico en su saludo navideño a la población de las islas Malvinas con referencia al respaldo militar del Reino Unido a la determinación de los isleños de permanecer bajo el paraguas de las colonias de ultramar de la Corona, y en estos días se reiteraron las amenazas a la Argentina por parte del Secretario de Defensa, con un tono denigratorio incompatible con la diplomacia internacional.

Tanto Boris Johnson, a fin de 2021, como Ben Wallace en el Día de Margaret Thatcher, el martes último, reivindicaron el atropello histórico de la ocupación de los territorios insulares argentinos del Atlántico Sur, advirtiendo que el gobierno inglés seguirá invirtiendo fuertemente en sus fuerzas armadas porque deben estar siempre listas ante la amenaza de un conflicto bélico.

Pero Wallace fue más allá con sus bravuconadas al expresar que "nuestros enemigos no deben dudar de la determinación de Gran Bretaña de enfrentarse a los matones, defender a los que no pueden defenderse a sí mismos y a nuestros valores", según afirmó en declaraciones reflejadas en la prensa londinense.

Estas palabras son incompatibles entre naciones que mantienen relaciones diplomáticas y se supone que las diferencias por la soberanía de las islas Malvinas y demás territorios usurpados por el Reino Unido están en el marco de la resolución 37/9 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que este año cumple cuatro décadas, y sigue ignorada por Inglaterra que sólo habla de "invasión, ocupación y liberación" al referirse a la guerra de 1982.

A toda esta transgresión sistemática de Londres a los dictados de la ONU y de la OEA para tratar la cuestión insular en el marco del derecho internacional y por la vía pacífica y diplomática, se ha sumado la desclasificación de archivos de guerra, con documentación que revela el uso de 31 armas nucleares en diferentes buques ingleses que participaron en las operaciones bélicas del Atlántico Sur. Esto viene a confirmar el reclamo argentino ante organismos internacionales en 2003, por la presencia de armamento nuclear en el conflicto, violando las normas de la OTAN.

Está reiteradamente comprobado que el Reino Unido nunca ha respetado las normas internacionales que declaran al Atlántico Sur como zona de paz y libre de armas nucleares, además de la desmilitarización de las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur, y los espacios marítimos que les corresponden. El repudio mundial al colonialismo británico lo demuestran los hechos.