La posibilidad de que las universidades Nacional de San Juan y Católica de Cuyo puedan iniciar en forma normal el presente ciclo lectivo y con esto volver a las clases presenciales, es algo que sin duda dependerá del status sanitario que pueda tener la provincia. De todas formas la vuelta a las aulas es una decisión que debe estar firme en el convencimiento de las más altas autoridades de esas casas de estudios dejando de lado totalmente la posibilidad de recurrir a la bimodalidad (clases virtuales y presenciales) como alternativa en el dictado de clases.
En medio de este planteo las universidades han comenzado con sus cursos de ingresos, en la mayoría de los casos en forma virtual, y se aprestan a un inicio de clases, al menos la UNSJ que es la que tiene la más numerosa población educativa (más de 21.000 alumnos), anticipando que no van exigir pase sanitario ni para cursar ni para rendir, como ya está ocurriendo con algunas carreras como Ingeniería Mecánica donde hay actividad presencial en estos días. Esta medida, dada a conocer por el propio rector Tadeo Berenguer, puede llegar a tener una incidencia negativa en asegurar la presencialidad ya que, según los propios datos que maneja Salud Pública de la provincia, es muy elevado todavía el porcentaje de adolescentes y jóvenes que no tienen completo el cuadro de vacunación, inclusive de estudiantes que no tienen ni siquiera la primera dosis.
Como para contrarrestar esta incidencia negativa, las autoridades universitarias han manifestado que en todos los estamentos, con casi 5.000 docentes y 55 carreras, se va a incentivar la vacunación como una manera de prevenir posibles contagios. Pero se sabe que un incentivo no es lo mismo que obligar o exigir que se complete el cuadro de vacunación. Los adolescentes o jóvenes que hasta ahora no han pasado por los puestos de vacunación difícilmente lo hagan de ahora en adelante, ya que se trata de personas mayores de edad con cierta idiosincrasia, con una línea de pensamiento que si no es por una exigencia o norma concreta, difícilmente accedan a inocularse. En este sentido las autoridades universitarias tendrá que poner un poco más de énfasis en la forma de incentivar coordinando con Salud Pública el funcionamiento de puestos de vacunación en lugares próximos a las universidades o sitios que habitualmente son frecuentados por los estudiantes.
Las autoridades universitarias deberán prever cual es la mejor forma de otorgar mayor seguridad al sistema, con la única consigna de que se debe volver a la presencialidad, única forma de asegurar la excelencia en la enseñanza universitaria, dejando de lado todos los inconvenientes que ha demostrado la enseñanza virtual en estos últimos dos años de pandemia.
