La actitud irresponsable de una persona que ocupó ilegalmente una frecuencia de radio de uso aeronáutico exclusivo, y hasta dio una orden de despegue, es preocupante y debe alertar a las autoridades a fin de intensificar los controles de rutina, o bien cambiar los protocolos para evitar la vulnerabilidad del sistema.
El caso del Aeroparque metropolitano, denunciado el domingo 11, con la detención de un piloto privado que con un handy interfirió la señal de radio de la torre de control y habló con el comandante de una aeronave a punto de despegar, no debería sorprendernos. La trascendencia del episodio, que afortunadamente no pasó a mayores, y las repercusiones que tuvo, no es un caso aislado.
La principal terminal aérea de cabotaje del país -una de las más congestionadas del mundo- con 12 millones de pasajeros y 130.000 operaciones anuales, cuenta con numerosas denuncias de pilotos en los últimos años de interferencias en las frecuencias de VHF provenientes de radioaficionados o de emisoras clandestinas ubicadas en las inmediaciones de los corredores aéreos.
Si bien se puede rastrear rápidamente y ubicar el origen de la interferencia, el problema puntual es el bloqueo en momentos cruciales, como ocurrió recientemente, con una autorización errónea de despegue que felizmente el comandante del vuelo AR1694 de Aerolíneas Argentinas puso en duda por los vectores equivocados que le dio el intruso, y alertó a la torre.
Curiosamente y casi confirmando las fallas operativas que existen, el director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Alejandro Itzcovich, adelantó que en oportunidad de la cumbre del G-20 los sistemas de comunicación aérea tendrán un protocolo específico con un control y seguridad mucho más amplio que el habitual. Es decir, la precariedad existe como rutina.
Por ejemplo, en agosto último, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) denunció penalmente a emisoras de radio que interfieren en el espacio aéreo del Aeropuerto Internacional de Chaco y solicitó a la Justicia Federal de Resistencia actuar ante estos episodios delictivos tipificados en el art. 194 del Código Civil.
La ANAC acumula un listado de interferencias en todo el país durante 2017, pero es una historia que comienza en las últimas décadas por el descalabro existente en el espectro radioeléctrico argentino.
