La logística en el comercio de bienes y servicios es un punto clave en los costos de la cadena de comercialización, más si el transporte es desde el lugar de origen a los grandes centros de consumo o hacia los puertos con fin exportador. El talón de Aquiles de la Argentina son los fletes por la gran extensión territorial y monopolizados por el camión tras el abandono de la red ferroviaria y las políticas prebendistas en favor del sindicato camionero.
Con el cambio de Gobierno, se inició la ardua labor de recuperación de los ramales ferroviarios troncales a fin de alcanzar costos de transporte competitivos y las obras avanzan a buen ritmo. No obstante, sectores empresarios y políticos han iniciado una campaña para impone el "bitren”, un equipo formado por un camión tractor enganchado a dos semirremolques que pueden llevar 54 toneladas o dos contenedores de 40 pies, es decir casi el doble que un camión común.
La aprobación de la circulación de bitrenes se obtuvo en 2014, pero falta determinar los corredores nacionales por donde podrán circular estas unidades de hasta ocho ejes y unos 20 metros de largo. Es de imaginar lo que ocurriría en una ruta normal con la presencia de este gigantesco transporte carretero que sólo tiene antecedentes de adopción en algunas zonas rurales de Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Suecia y Brasil. Sin duda el sistema brinda más carga, menos tiempo y mayor productividad con respecto al camión común, pero nunca podrá superar al tren de carga que abarata los fletes hasta en un 70 por ciento.
San Luis tiene un plan piloto con 12 bitrenes que únicamente circulan por algunas rutas provinciales y con previa autorización de horarios y recorridos, pero desde hace tres años sigue pendiente la reglamentación nacional de corredores autorizados, motivo de las últimas presiones en procura de la decisión oficial, aprovechando los reclamos por los desmesurados costos de los alimentos desde la producción a la góndola.
El bitren podría circular en enlaces del campo a un centro de distribución local y de allí al tren, único que garantiza la economía buscada. Se debe pensar también en la precariedad del congestionado sistema vial, el alto costo en consumo de cubiertas y desgaste de rutas.
