Las Sierras de Córdoba son escenario por estos días de grandes focos de incendios que no sólo están arrasado con miles de hectáreas de flora autóctona sino que también están ocasionado daños en el ecosistema al provocar la muerte un gran número de animales silvestres. Las poblaciones cercanas también están siendo víctimas del fuego ya que numerosas viviendas fueron alcanzadas por las llamas y hubo familias enteras que tuvieron que ser evacuadas a poblados vecinos. Un panorama desalentador, que en lo que va del año se ha repetido en otros puntos del país como el Norte argentino; las islas que forman el Delta del Paraná; la serranía de la Región de Cuyo; la Patagonia argentina y la Reserva Ecológica de la ciudad de Buenos Aires, que varias veces se ha visto amenazadas por incendios que no siempre son naturales, sino que se producen con la intervención del hombre. 


El panorama de Argentina vinculado a los grandes incendios no se diferencia mucho con el que se observa en otras partes del mundo. Durante el presente año la región del Amazonas fue uno de los sitios más afectados por el fuego. Un total de 2,5 millones de hectáreas se quemaron casi totalmente y cientos de especies animales murieron sin ninguna alternativa de supervivencia. Ha sido uno de los desastres ecológicos más grandes que se recuerden ya que en sólo unos pocos meses se destruyó una superficie equivalente a la provincia de Tucumán. 


Los otros grandes incendios registrados este año fueron localizados en California, EEUU donde hubo 6.000 focos registrados, algunos de ellos muy cerca de zonas densamente pobladas. Australia, España y Chile también figuran entre los países más afectados por el fuego, dentro de un fenómeno que, según los expertos, está estrechamente vinculados al proceso de cambio climático que afecta al planeta. El calor, la sequía y la falta de lluvias inciden para que los incendios encuentren inmejorables condiciones de propagación. De continuar acentuándose este proceso, en poco tiempo más habrá otros incendios de mayores proporciones arrasando millones de hectáreas de todo el mundo. 


Los efectos de los incendios en la superficie terrestre no sólo se limitan a la quema de forestales y pasturas, o a la destrucción del hábitat de los animales. El fuego afecta al suelo haciendo que grandes superficies se conviertan en tierras desérticas donde luego se hace muy difícil que algo crezca. Evitar que este fenómeno se extienda por todo el mundo es una tarea a la que todas las naciones, incluida la Argentina, tendrán que abocarse en forma urgente, al menos, para mitigar las consecuencias que se presagian.