El fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar sigue siendo una figura emblemática en el mundo del delito organizado, al extremo que trasciende a su muerte y al aniquilado Cártel de Medellín, la más poderosa organización criminal surgida en América latina. Los familiares del famoso narco siguieron lucrando con un museo exclusivo y "narcotours" promocionados en el exterior por agencias de turismo vinculadas a las mafias internacionales.

En una clara apología al delito de alcance global los visitantes, extranjeros en su mayoría, podían tener una visita guiada bilingüe por un sujeto personificado en Pablo Escobar que les mostraba la casa-museo enclavada en las montañas donde se elaboraba cocaína y se administraba la organización. Incluso los escondites de los millones de dólares obtenidos por el traficante.

También fotos y objetos de la tremenda fortuna de Escobar, desde el primer avión para transportar droga hasta vehículos con impactos de bala durante los enfrentamientos con la Policía. Y caprichos personales, caso de la mítica moto de agua utilizada por James Bond en uno de sus filmes.

Todo con el lema promocional "conozca los mejores lugares donde Pablo Escobar marcó la historia” por 30 dólares y un extra si se desea conocer los Jardines Montesacro, donde el capo fue enterrado. Lo verdaderamente preocupante para las autoridades colombianas es la imagen que deja un negocio ofrecido en el plano internacional incluyendo al portal turístico TripAdvisor con una calificación de 4,5 estrellas sobre 5 y con un insólito "certificado de excelencia” por el servicio.

Promover la vida de uno de los criminales más sanguinarios del siglo pasado las muertes se cuentan por decenas- y creador de la organización delictiva que impulsó tanto el narcotráfico para distribuir droga en diferentes lugares del mundo como también servir de modelo para el accionar de otros cárteles, como los mexicanos, es realmente una afrenta a la civilización.

Esto es un desafío para quienes luchan contra los narcos, ya que las mafias dejan herencias tan dañinas como fueron los delincuentes en vida. En nuestro país están procesados la viuda y el hijo de Pablo Escobar por lavado de dinero como intermediarios del narco colombiano José Piedrahita Ceballos, alias Simón, e inversores argentinos.

Debe recordarse que a pesar del tiempo transcurrido, la inmensa fortuna de Escobar sigue dando vueltas. El temido narco repartió sus bienes, antes de ser abatido, a familiares y amigos para que no entraran en extinción de dominio. Esa plata sigue motorizando el delito con diversas modalidades al margen de la ley.