Existe la creencia de que la corrupción sistemática es una condición necesaria y propia de América latina, pero es evidente que no es así ya que hay formas de enfrentarla, con el convencimiento de que si es desterrada se gana la confianza de los inversores en la economía.

En ese mismo sentido, para combatirla es necesario contar no solo con el compromiso de la Justicia, sino también de la sociedad civil y la política, y de los propios corruptos confesos o arrepentidos, ya que con ese apoyo en conjunto se obtienen resultados efectivos. Estas afirmaciones corresponden al juez Federal de Brasil, Sergio Moro, encargado de llevar adelante el exitoso proceso anticorrupción conocido como "Lava Jato'', por el que se descubrió un mecanismo de lavado de dinero de poderosos de la economía y la política brasileña.

Tanto Moro como Orlando Martello, el fiscal del "Lava Jato'', una de las claves para que progresen las investigaciones de corrupción es la figura jurídica de la "delación premiada'', que contempla reducciones de sentencias a los corruptos confesos que aportaran pruebas. Se trata de usar a un delincuente contra sus pares, lo que permite avanzar mucho más rápido de lo normal.

En la lucha contra la corrupción, si bien el rol de la Justicia es importante no es determinante y por eso se requiere del apoyo de la sociedad civil. Es conocida la tradición de impunidad en beneficio de los poderosos y se sabe que ellos siempre van a tratar de obstruir a la Justicia y usar las fallas de la ley en su beneficio.

Siempre tomando como referencia lo actuado en el "Lava Jato'', toda investigación por corrupción debe tener muy en cuenta la cooperación internacional. El crimen es cada vez más transnacional y las investigaciones deben marchar en ese sentido.
La importancia de la opinión pública en estos procesos es fundamental ya que funciona como una protección de los jueces, la policía y del Ministerio Público Fiscal.

También es importante la independencia que pueda tener cada una de las partes de la investigación y la velocidad de trabajo, por eso en el caso de Brasil el procurador creó un equipo especial de fiscales para ese tema.

Estamos ante una receta ejemplar que puede aplicarse en países como la Argentina donde la investigación de la corrupción ha adquirido relevancia a partir de la nueva gestión de gobierno.