Las intenciones de Nicolás Maduro de repatriar una reserva en oro venezolano depositada en el Banco de Inglaterra ha sido noticia mundial en estos días, tanto por la negativa de un tribunal británico de entregarle el tesoro al cuestionado mandatario como por las repercusiones políticas e ideológicas, de una controversia de la que se hicieron parte personas que nada tienen que ver con esa operación bancaria, como Hebe de Bonafini, presidente de Madres de Plaza de Mayo, que le envió una nota a la propia Reina Isabel II en apoyo al líder chavista.


El Banco del Reino Unido es el segundo mayor tenedor de oro en el mundo con aproximadamente 400.000 lingotes, detrás de la Reserva Federal de EEUU, de manera que un quinto del metal precioso de los gobiernos de diferentes países se encuentra en Londres, tanto porque es el centro mundial del comercio del oro y porque existe una de las bóvedas más grandes y con gran seguridad. En sus más de 320 años de historia nunca un lingote ha sido robado de sus instalaciones, una doble garantía para que varias naciones almacenen allí sus reservas, y Venezuela es una de ellas.


Maduro pretendía vender ese oro, con un valor estimado de 1.000 millones de dólares, para hacer frente al coronavirus, pero en el país caribeño señalan que las verdaderas urgencias son los suministros militares y otros insumos ajenos a la pandemia o para atender la crisis social. Ante la reiterada negativa del banco británico, el Gobierno de Caracas hizo una demanda judicial sin éxito. El Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra ratificó la semana pasada que el Reino Unido reconoce a Juan Guaidó como el presidente interino de Venezuela, al igual que unos 60 países y organismos internacionales.


Antes del litigio por los lingotes el Banco de Venezuela hizo varios sondeos para repatriar el oro, incluso en las Naciones Unidas para que un fondo del organismo lo administre, y no tuvo eco debido a que no existe el funcionamiento de las instituciones republicanas y la gestión de Maduro adolece de arbitrariedades a partir de una elección fraudulenta. Por ello la Justicia británica ha sido terminante a favor del presidente interino: "Cualquiera sea la base para el reconocimiento, el gobierno de Su Majestad ha reconocido inequívocamente a Guaidó como presidente de Venezuela" dice el fallo.


Para el Gobierno interino encabezado por Guaidó el intento chavista de usufructuar el oro ha terminado remarcando que esos recursos protegidos se mantendrán en el Reino Unido y no serán usados en el corto plazo. En otras palabras Maduro sufre otro revés político y económico por su obstinada permanencia en el poder intentando sostener lo poco que queda de la fracasada revolución bolivariana y con pocos amigos, salvo Bonafini.