El impacto ecológico del tabaco es mayor al del humo del cigarrillo, sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS), al referirse a los daños provocados al medio ambiente por la producción de tabaco.
Afirma que de principio a fin, el ciclo de vida del tabaco es un proceso totalmente contaminante y perjudicial: la industria consume gran cantidad de energía y agua, además de las tareas de manufactura y distribución.
Al recordar ayer el Día Mundial sin Tabaco, la OMS reveló este aspecto casi desconocido del proceso tabacalero.
Señala que las plantaciones requieren grandes fumigaciones de insecticidas, herbicidas y fungicidas para controlar plagas o enfermedades. Muchos de estos químicos son tan dañinos para el medio y la salud de los agricultores que han sido prohibidos en varios países, por lo que pide a los 179 estados que firmaron en 2005 el acuerdo histórico de prohibición de la publicidad y patrocinio para el tabaco, impongan mayores impuestos para desalentar el consumo que mata a 7 millones de personas al año. Además pide compensaciones a las tabacaleras por la emisión de gases de efecto invernadero.